“ME PARECE ACOJONANTE”, o las consecuencias de negligencias en obra publica

Por adelantado pido disculpas por el título, pero después de darle muchas vueltas no encontraba una frase que defina mejor este asunto, y es lo primero que me viene a la mente cada vez que me hablan de este tema.

Por poner en antecedentes, en el año 2007 la Comunidad de Madrid inauguro el tramo de la línea 7B de metro de Madrid, adjudicada en dos fases, el contrato original y una ampliación por cambio en el trazado para pasar por el nuevo hospital de San Fernando próximo al río Jarama. El proceso de adjudicación e inicio de construcción parece que fue más rápido de lo habitual y algunos medios apuntan a un interés político por inaugurar a tiempo ante la proximidad de las elecciones, pero francamente ahí no entro.

Como consecuencia de las obras, se alteró el equilibrio geológico del terreno sobre el que se asienta San Fernando de Henares afectado por la construcción de túneles y drenajes. Por resumir, se inició un proceso de disolución progresivo de la capa inferior del terreno eminentemente salino afectado por la filtración del agua dulce de la capa superior saturada de agua del rio Jarama provocando el hundimiento del terreno.

En la siguiente publicación se explica con bastante rigor el origen del problema y las consecuencias de una ejecución o solución constructiva equivocada que aparentemente deberían haber sido previstas antes del inicio de las obras y resueltas mediante otras soluciones constructivas o trazados.

Lo que si parece que hubo es un informe técnico que alertaba de los riesgos que no fue considerado y eso ya si es grave.

Tras años de intentos vanos por remediar este proceso, el asentamiento del terreno se fue agravando sin solución y en el 2021 empezó el calvario para los vecinos afectados. Hasta el momento se han derribado 41 viviendas o están en trámites de derribo, se han desalojado 85 viviendas, hay más de 400 edificios afectados y más de 120 personas han tenido que dejar sus casas, las cifras bailan un poco según el medio, pero van en aumento.

Hasta la fecha se han gastado más de 50 millones de euros en intentos de estabilización de los terrenos, rehabilitación de edificios, realojo de vecinos, etc. En 15 de años de servicio de la línea de metro, al menos 3 años ha estado parado por trabajos de consolidación y reparaciones. Se estima en al menos otros 100 millones de euros las indemnizaciones para los afectados. Esto de momento, porque el deterioro del terreno sigue avanzando y no estabiliza. Las obras se adjudicaron por un importe de 168 millones de euros más otros 38 millones de ampliación por el cambio de trazado para incluir las dos nuevas estaciones. Hagan números.

Soy poco amigo de redes sociales, no tengo cuenta en Facebook, Instagram ni nada que se le parezca y mi participación en estos medios se limita al uso de LinkedIn como plataforma profesional. Soy de los que critica las publicaciones en LinkedIn sobre temas personales o rollos sobre inteligencia emocional con esas historietas noveladas que recuerdan a parábolas del nuevo testamento y que sorprendentemente son las que más difusión tienen cada vez. Pero en este caso considero que la situación que están viviendo en el municipio de San Fernando de Henares de Madrid tiene relación directa con la actividad profesional y son un claro ejemplo de las consecuencias que puede tener un mal planteamiento en la construcción, más aún cuando se conjugan en un proyecto las presiones políticas y la voracidad empresarial. Y en este caso al menos solo hablamos de daños materiales y morales, sin víctimas.

Y si, en este caso y en contra de mi criterio, mi publicación tiene mucho de personal, porque toca directamente a mi cuñada Nieves Jimenez , una de las primeras afectadas por este asunto y que ha tenido que ver como demolían su escuela de danza tras más de 30 años trasmitiendo cultura en San Fernando de Henares a miles de alumnas que han pasado por allí. Doblemente afectada, puesto que su Escuela estaba ubicada en la planta baja de la casa de sus padres, donde vivía Mariano, de 92 años de edad, que no se explica todavía como la casa que construyó con sus propias manos ha quedado reducida a escombros de la noche a la mañana y se ha tenido que ir a una casa alquilada, alquiler que por cierto paga mi cuñada a escondidas de su padre ya que  el contrato de emergencia que concedió la Comunidad de Madrid de un año ha vencido, y se ha tenido que hacer cargo ella sin decirle nada para que no se lleve más disgustos. Por su parte, pese a levar dos años reclamando ayudas y soluciones, su negocio y medio de vida vocacional paso a la historia sin recibir nada ni de ayuntamiento ni de la comunidad de Madrid hasta el momento. Ha sido entrevistada en numerosos medios, televisión, radio y prensa, pero sigue esperando respuestas. Nieves y otros tantos vecinos con historias parecidas que se han agrupado en la Plataforma Afectad@s Metro Línea 7b San Fernando que han llevado sus reclamaciones hasta la comisión europea en Bruselas, puesto que esa obra contaba con financiación de fondos europeos.

Por todo esto, me reafirmo en el título de esta publicación, me parece acojonante en muchos sentidos

Me parece acojonante que se acometa una obra de esa envergadura sin dedicar recursos y medios suficientes para realizar los estudios y análisis técnicos previos que sin duda ayudarían a evitar estos problemas. Un estudio geotécnico suficientemente desarrollado del terreno y su posterior interpretación por profesionales competentes e independientes garantizaría que estas cosas no ocurran, o si como me temo esos estudios se hacen y de los resultados se desprende que existe un riesgo en dicho proyecto no se debe ejecutar o se debe modificar, por muchos intereses políticos o económicos que existan en dicho proyecto.

Me parece acojonante que el mal planteamiento inicial y posterior gestión de un proyecto con un presupuesto de 168 millones de euros provoque unos gastos posteriores de un valor casi igual al del contrato original. Dinero que, aunque suene a tópico, sale de nuestros bolsillos y que podría haberse dedicado a a otras muchas cosas.

Me parece acojonante que las administraciones publicas, sean del color que sean, no asuman sus responsabilidades y no den solución inmediata y permanente a los afectados, con independencia del origen del problema o de los culpables. Que se utilice este desastre como arma política entre Ayuntamiento y Comunidad de Madrid gobernados por partidos contrarios es lamentable. Los afectados tienen que recibir respuesta inmediata, no pueden ni deben esperar, para depurar responsabilidades hay tiempo

Por último, me parece acojonante y sangrante que mi cuñada, que ha perdido su negocio y su medio de vida, no haya visto un euro hasta la fecha tras casi dos años desde que ceso su actividad, y que encima tenga que pagar el alquiler de Mariano que se quedó sin casa.  

Solo espero que, en el futuro, ingenieros, geólogos, empresarios, directivos, concejales, alcaldes, presidentes o quien tenga algún tipo de capacidad de opinión y decisión en casos parecidos, analicen con rigor todo antes de tomar dicha decisión. Si se hubiera actuado con responsabilidad hace 15 años los vecinos de San Fernando seguirían con sus vidas con normalidad, mi cuñada seguiría con sus clases y Mariano disfrutando de su merecida jubilación en el jardín de su casa, es más, quizá hasta se podría haber inaugurado otro tramo de metro que llegaría a otro municipio de Madrid con el dinero gastado.

Mucho animo a los afectados, y en especial a Mariano y a Nieves