"¡¡No me puedo concentrar!!"

Es una queja bastante común, más ahora donde tenemos todo tipo de distractores posibles, desde el smartphone con todas sus aplicaciones hasta a los intensos de tus compañeros de trabajo / colaboradores que te pueden llamar o buscar en cualquier momento para atender bomberazos. Algunas modestas investigaciones (vamos, sin mucho rigor científico) sugieren que un trabajador promedio pierde de 2 hasta 3 horas de su jornada mandando mensajes de whatsapp, navegando en Facebook o YouTube (¡¡esas mugres son adictivas!!), leyendo el periódico digital o simplemente haciéndonos mexicanamente weyes en Google hasta terminar leyendo las cosas más insólitas y ridículas (a qué nacionalidad les huelen más mal los pies / conoce al nuevo novio de Lyn May). 

A todo eso, échenle que de pronto se nos da por distraernos con la platiquita con el compañero de trabajo, la queja del día, criticar al gobierno o porque a tal compañero el cinturón le luce como mecate mal amarrado en su vestimenta.

Todos hemos pasado por momentos en los que nos es muy difícil concentrarnos en nuestro trabajo y va de la mano con la capacidad que tenemos para terminar puntualmente cada tarea.

¿Qué elementos pueden interferir con mi capacidad para poner atención?

•    Alteraciones del ciclo sueño – vigilia
•    Algunos medicamentos
•    Abuso de sustancias
•    Cambios en las hormonas de la tiroides

Veamos quiénes somos los que tendemos a tener un período de atención corto:

•    Los que tendemos a posponer: cuando algo nos da hueva, es común que empecemos a darle vueltas a las cosas y nos podamos distraer por cualquier motivo hasta que de pronto sentimos un jalón de orejas del Jefe / Cliente: ¿cómo va el proyecto / cotización? Generalmente, el error del que pospone es esperar a que le llegue la motivación y/o inspiración como si necesitase de alguna Musa Griega.
•    Los que tenemos dificultad de jerarquizar tareas: es común que al no tener esta habilidad, saltemos de una actividad a otra: “ah, pero ya me acordé de un detalle de esto…pero me falta terminar aquello” dejando ambas cosas sin terminar o tomándose horas en actividades que no requieren más que unos minutos de atención focalizada.
• El que tiene síndrome de burnout: uno de los síntomas más incapacitantes del burnout laboral es la falta de energía, la cual se manifiesta en una gran pesadez y reticencia para iniciar las cosas: “¿Para qué las hago si de todas formas nadie le va a prestar atención / mi Jefe se va adornar con esto y todavía me va a regañar?" Cuando finalmente se inicia el trabajo, en todo momento se cuestiona si realmente vale la pena hacerlo.

•    El que presenta síntomas de depresión, ansiedad (ataques de pánico, fobia, entre otros)
•    El que tiene síntomas de déficit de atención

No di mayor explicación en los dos últimos puntos porque quiero explicar de la forma más sencilla otro de mis famosos términos mamalones que son las funciones ejecutivas.

Las funciones ejecutivas son operaciones mentales que nos permiten:

CONTROLAR nuestra conducta, es decir, pensar antes de actuar (preferir dar retroalimentación al Colaborador en privado y no darle el zape delante de todos),  resistir las tentaciones cuando se nos presenta un maldito pedazo de pastel hecho de leche condensada y queso crema 2500 kcal o decidir si vamos al concierto de Pink Floyd en vez de revisar el material de la junta de mañana.

FILTRAR información que no deseamos recibir en el momento. Tiene que ver con la memoria de trabajo y la atención selectiva, que no es otra cosa que tener la capacidad de dirigir nuestra atención de forma sostenida durante cierto tiempo y ser capaz de relacionar el contenido con mi experiencia propia. Asimismo, dentro de ciertos límites, esta función nos permite excluir estímulos que no estén relacionados con nuestro objetivo principal (confieso que envidiaba a mi hermano que podía estudiar y escuchar heavy metal al mismo tiempo. Snifff)

PLANEAR qué voy a necesitar a futuro, qué requiero hacer para llegar a donde quiero. Pensamientos que nos impiden planear es el famoso YOLO (you only live once), el tomar decisiones de: “Ya el tiempo dirá” o “estoy demasiado ocupado atendiendo cosas urgentes”

FLEXIBILIDAD, la cual nos permite ir más allá de lo que estemos viviendo en este momento y nos permite tener una perspectiva diferente o “re-significar” (darle un significado diferente) a los distintos eventos. Esta función está directamente ligada también con la creatividad y con la capacidad de adaptarse a nuevas circunstancias

Estas funciones ejecutivas generalmente se ven afectadas en diferentes trastornos ya que existe una imposibilidad real para concentrarse en una sola idea (frecuentemente irrumpen ideas indeseables) o físicamente las personas sienten que requieren de más estímulos para mantenerse activos, lo que no les permite “estar” en un solo lado – hasta físicamente de pronto pueden moverse constantemente, voltean a todos lados, revisan constantemente el celular, etc.

El no podernos concentrar y enfocarnos en las tareas es un enorme impedimento para nuestra productividad y bienestar porque 1) te incapacita para disfrutar el momento actual , 2) no te permite el famoso estado de “flow” (inmersión absoluta en alguna actividad, llamado así por los psicólogos positivos) el cual trae mucha satisfacción laboral y alto desempeño y 3) limita tu capacidad de aprendizaje y por tanto tu calidad de vida.

No pospongas más esa decisión. En Conexión, te evaluamos para ofrecerte el mejor esquema de trabajo para que tu productividad y bienestar laboral honren tu potencial.

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