Meditacion y Cerebro: Del esceptisismo a mis 10 primeros minutos de la mañana

Siempre he pensado que mi decisión de estudiar medicina llevo implícito un profundo interés por la ciencia, pero también un sentido genuinamente altruista de ayudar a la gente que permanece intacto hasta el día de hoy. Aunque vengo de una formación absolutamente alopática, irreductiblemente basada en el “ método científico” y en los grados de evidencia para hacer diagnósticos y decidir entre distintos tratamientos, tengo que reconocer , en honor a la neuro plasticidad que tanto defiendo, que mi cerebro  se ha comportado de forma bastante maleable, y hoy en día,  quizá mas por la experiencia que por la evidencia ( aunque no es despreciable),  me he vuelto una convencida de que algunas estrategias terapéuticas o de búsqueda de bienestar que hace unos años me hubiesen resultado impensables, hoy ocupan un espacio en alguna parte de mi banco de datos cerebral.

Aunque siempre he sido absolutamente respetuosa de la visión individual que cada uno tenga del proceso salud enfermedad, hasta hace algunos años, pensar en buscar evidencia científica sobre los efectos de la meditación (en cualquiera de sus formas), no me hubiese generado mayor interés más que el de poder tener argumentos para debatir con los defensores a ultranza de estos procesos, como vías para mejorar el estado de salud mental y física. Hoy por hoy, quizá porque el calendario me ha llevado al escalón de los casi 51, y uno entra en ese estatus de darse el lujo de interesarse en diferentes temas con menos prejuicios e ideas preconcebidas, me he dedicado a revisar trabajos de investigación, escuchar a algunos expertos y buscar evidencia sobre el impacto de la meditación en nuestro cerebro.

 MI conclusión:  la información es bastante consistente o al menos con el grado de evidencia que en lo personal necesito para empezar a hacer cosas distintas o a generar nuevos hábitos.  Quiero compartir con ustedes algo de la información más relevante que se ha encontrado en publicaciones serias, con estudios metodológicamente bien establecidos y en centros de investigación que históricamente tienen la reputación suficiente como para que no dejemos pasar de largo estos resultados. Les comparto algunos de los puntos que me parecen más relevantes:

1)     La meditación es capaz de reducir los niveles de stress y ansiedad a través de un mecanismo de down regulation en los niveles de cortisol y adrenalina generando un mayor control de las respuestas del sistema nervioso autónomo, dando lugar a una normalización y estabilización de variables fisiológica tangibles/medible como la presión arterial, y la frecuencia cardiaca.

2)     Estudios con la utilización de resonancia magnética han demostrado un incremento en la girificación cortical (proceso por el cual se forman los pliegues que son característicos de la corteza cerebral), a nivel de corteza frontal y pre-frontal, lo que podría estar relacionado con un incremento en la velocidad del procesamiento de la información y una mejoría en el desempeño de funciones ejecutivas.

3)     Algunos estudios han demostrado de manera indirecta, el incremento de los niveles de Serotonina y Dopamina, neurotransmisores estrechamente relacionadas con el estado de ánimo y la sensación de placer.

4)     Estudios con Resonancia Magnética Funcional, han encontrado una mayor activación hipocampal posterior a sesiones de meditación lo que pidiera relacionarse con incremento de la capacidad de memoria a corto y largo plazo.

5)     Otros estudios destacan un efecto a largo plazo de la práctica de la meditación. en patrones multivariados de conectividad cerebral funcional, y sugieren que la meditación está asociada con cambios neuroplásticos específicos en los patrones de conectividad dentro y entre múltiples redes cerebrales.

6)     La meditación pudiera generar una mejoría en el flujo sanguíneo cerebral dando lugar a posibles mejorías en funciones cognitivas relacionadas con atención o memoria.

7)     Estudios de imagen funcional evidencian cambios funcionales y de capacidad de repuesta en la sustancia reticular activadora ascendentes posterior al mantenimiento de prácticas de meditación por periodos prolongados lo que pudiera mejorar el estado de vigilia y de atención.

Y lo mas importante de todo lo que he tenido oportunidad de leer, es que no hay que convertirse en un monje budista, ni ser un experto en técnicas de meditación para que estos cambios sucedan. Empezar el día, sin que tomar el celular para revisar los mensajes, sea nuestra primera actividad programada, y contrariamente usar nuestros primeros 10 minutos de la mañana para respirar, relajarnos y mirar un poco hacia adentro de nosotros mismos, puede ser más que suficiente para tener un día mas tranquilo, mas productivo, un cerebro más neuroplástico y una vida más plena.  ¿Podría ser uno de los objetivos del 2022 no?