Meditar
San Clemente, Córdoba, Argentina

Meditar

Cerrando el 2021 quiero compartirles una actividad que me acompañó durante gran parte del año y considero fue de gran ayuda para transitarlo. Como el titulo lo dice, escribiré sobre mi experiencia con la meditación.

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Hace un par de años que tenía curiosidad sobre qué es la meditación y cuál pueden ser su efectos en caso de practicarla. Primero googlié mucho, leí artículos, escuché entrevistas y fui armando mi propio librito de cómo aplicarla. Como pasa muchas veces, me sirvió mucho ir definiendo su significado a través de identificar qué NO es meditar. Aprendí que no es necesario tener que lograr un estado de "mente en blanco" sino que el ejercicio es contemplar esos pensamientos que inevitablemente aparecen y dejarlos ir, volviendo a concentrarse en la respiración. Otro mito es el que dice que uno debe disponer de un ambiente específico. Muchas veces me encontré meditando en lugares concurridos, ruidosos y que, con el simple hecho de cerrar los ojos y tener auriculares con un sonido acorde a la actividad, logré concentrarme por unos minutos. Esto me da pie al último NO que se me viene la cabeza ahora: no hace falta hacerlo durante un período de tiempo prolongado. Se puede meditar por sólo unos minutos. Es más, a quienes les cueste hacerlo, recomiendo comiencen proponiéndose un plazo de menos de entre 5 y 10 minutos. Después pueden ir agregando más tiempo.

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Una vez que conocí las diferentes técnicas de meditación, elegí ir por la que invita a concentrarse en la respiración. Con los ojos cerrados, intentar hacer foco en el aire que ingresa y el que exhalamos. Podemos ir imaginando cómo el estómago se expande y se contrae, cómo cada músculo va siendo atravesado por el oxígeno que entra. También me ayuda, a veces, mantener la atención en un punto entre las cejas, enfocando mi concentración ahí. Los invito a que cada uno descubra qué le funciona mejor. Hay otras técnicas que utilizan un mantra o palabras que, repetidas en forma constante, contribuyen a mantener la atención en el momento.

Hoy en día la tecnología puede ser una enemiga de la actividad. El síndrome FOMO -Fear Of Missing Out- que en español sería algo como MAPA -Miedo A Perderse Algo- atenta contra esta invitación a enfocarse en el momento, sin distracciones. A pesar de eso, encontré en las nuevas aplicaciones un aliado que me ayudó en mi experiencia. Buscando la oferta de Apps sobre meditación di con Calm, cuya versión gratuita permite varias funciones muy útiles. En mi caso utilizo la Meditación con tiempo (por 15 minutos). Durante ese lapso, uno selecciona un sonido ambiente (puede ser ruido de lluvia, de un bosque, el mar, entre varias alternativas) y, cuando finaliza el tiempo, una especie de platillo te indica que podés volver a abrir los ojos. Otro plus que tiene es que va llevando un registro de tus actividades. A mí me encanta poder revisarlo y ponerme metas como "esta semana meditaré más de 3 días" u objetivos similares.

Según los registros de este año, realicé 178 sesiones que suman 2670 minutos de meditación (44.5 horas totales). Si divido el año en semanas, en 6 de ellas medité todos los días, en 3 seis días, en 9 semanas tuve 5 días de sesiones, en 5 cuatro, en 8 tres días, 11 semanas de 2 días y 7 semanas sólo medité 1 día. Un logro personal fue que sólo en 2 semanas de las 52 que tiene el año no tuve sesiones ningún día. Más allá de los números, está bueno tener esta data para arrancar el 2022 con la intención de seguir mejorando.

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Ustedes se preguntarán si veo en mí un cambio desde que medito. Yo me pregunto lo mismo. Lo que les puedo decir es que me siento bien al hacerlo. También noto que suelo tomarme con calma algunos momentos que quizás inviten a reaccionar de una forma más violenta (salvo cuando veo a Racing). Es difícil pensar en cómo hubiese sido mi vida si no hubiese dedicado todo ese tiempo a pensar en mi respiración, a intentar dejar de que mi mente me maneje, de no ocupar mis pensamientos en cosas del pasado ni del futuro sino sólo en el momento presente. Dicen algunos estudios que quienes meditan con frecuencia tienen ciertas conexiones cerebrales que mejoran la salud, pero no me siento capacitado para fundamentarlo. Sólo comparto lo bien que me hace y los invito a Uds. a que lo intenten. Sin esperar un cambio radical, sin frustrarse porque cuesta mucho, sino con la esperanza que meditando uno está buscando ser una mejor versión de sí mismo.

Por último, los invito a que contestar esta simple encuesta para saber un poco más sobre su relación con la meditación. Si querés, también podes dejar tus comentarios en el artículo. Muchas gracias y buen final de año!


Realmente me sentí parte de tu relato. Realizaba meditaciones con una frecuencia interesante durante los viajes a mí trabajo. Lograba tener esos espacios míos y sentí que logré un bienestar particular. Inclusive logré sacarme contracturas en el cuerpo. Realmente muy recomendable actividad. Gracias por compartirlo.

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