#mejoreslíderes: La Farsa del Balance Vida Personal / Vida Laboral (Primera parte)
El concepto del “balance vida personal/laboral” es un concepto que lleva años, por no decir décadas, rondando en los pasillos de la mayoría de las organizaciones. Y lastimosamente se ha convertido en una frase de cajón para muchos jefes que les interesa mostrarse como líderes “comprometidos” con el bienestar de sus equipos y colaboradores.
Sin embargo, en muchos casos, la realidad es bastante diferente. Nos damos cuenta de que es un discurso de dientes para afuera porque todavía hay muchas organizaciones donde se ha normalizado trabajar desde temprano y hasta altas horas de la noche, estar disponibles los fines de semana y almorzar de rapidez porque hay reunión. Ni qué decir durante la pandemia, cuando mucha gente terminaba trabajando más que cuando estaban de forma presencial.
El nuevo normal es un trabajo en el que, gracias a las herramientas tecnológicas, hay que estar disponible y conectado mas allá de lo que se considera la jornada normal.
Y a pesar de que, en los últimos tiempos, hay un mayor interés en hablar y promover el “balance vida personal/laboral”, las medidas que se toman terminan siendo mas anuncios y cosméticas porque no abordan los temas culturales de fondo.
Una organización que vea con buenos ojos y promueva (así sea por omisión) jornadas laborales largas y atender y enviar correos a horas en los que la mayor parte de la gente está durmiendo, es una organización cuya cultura está enfocada en la productividad y eficiencia de sus colaboradores más que en su bienestar. Una cosa es lo que dice explícitamente el reglamento de trabajo y otra lo que se entiende implícito en las expectativas de la organización y de los jefes que la lideran.
Es triste pensar que todavía existan jefes y organizaciones en las que, si no se está permanentemente trabajando, quiere decir que no hay compromiso o no se tiene la camiseta puesta. El compromiso se relaciona con las horas que estemos física o virtualmente en nuestros puestos y no con la calidad del trabajo o las ideas innovadoras que podamos aportar.
Como jefes no deberíamos sentirnos bien trabajando desde muy temprano o hasta muy tarde o los fines de semana o enviar correos a las 4 a.m. o a las 9 p.m.; esto no refleja un balance en nuestras vidas ni es ejemplo para nuestros colaboradores. Y aunque se pueden dar picos de trabajo que nos exijan una dedicación fuera de lo normal por días y hasta semanas, el problema se da cuando se normaliza y empezamos a sacrificar, de forma permanente, otras cosas que son importantes para nosotros.
Si los líderes de una organización o equipo, están realmente interesados en que sus colaboradores tengan una vida más “balanceada”, entonces las discusiones y compromisos deben ser, entre otros, sobre lo siguiente:
- Las expectativas implícitas y explícitas que tienen los superiores y la organización sobre la disponibilidad de los colaboradores y las implicaciones que tiene no cumplirlas;
- La forma cómo se planea y se asignan las tareas y la racionalidad de los plazos que se dan para su cumplimiento;
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- El número y efectividad de las reuniones que se hacen;
- El manejo de prioridades y urgencias en la organización;
- Los valores culturales de la organización y las contradicciones que se presentan con la forma como realmente se hacen las cosas.
El problema no se resuelve con mencionar el tema un par de veces al mes, y decirle a la gente: “busquemos ese balance porque es importante”. Este es un problema cultural y cómo líderes una de nuestras principales labores debería ser proteger ese "balance", tanto el nuestro como el de nuestros colaboradores.
Pero, ¿realmente qué es ese “balance” del que tanto hablamos? ¿Es alcanzable? ¿Debemos buscarlo? Continuamos la próxima semana.
Necesitamos mejores líderes.
Queremos mejores líderes.
Seamos mejores líderes.
Cuídense mucho y sigan conectados…
Ingeniero de Inteligencia Artificial y MLOps | Impulsando la Innovación y la Eficiencia en la Implementación de Modelos de Aprendizaje Automático
2 añosEncontrar una organización que en su cultura estén atados a horarios extendidos, trabajo fines de semana y otros hechizos de "ponerse la camiseta". Demuestra la falta de organización y poca importancia del empleado, muy probable que no se pueda opinar libremente. ¿Existe una solución a dicha cultura organizacional?.