Menos gestión del tiempo, más gestión de la energía
La gestión del tiempo está bien, pero se nos olvida que nos somos máquinas, somos seres humanos.
La teoría, las aplicaciones, la última técnica de gestión del tiempo...son conceptos interesantes pero se nos olvida que somos energía.
Es mucho más interesante organizar tu día a día en base a la gestión de energía en vez de en base a la gestión del tiempo.
En el Pequeño Libro de la Constancia dedico un capítulo a este tema ya que se nos ha bombardeado con mucha teoría de la gestión del tiempo dejando atrás lo esencial, no todos los días somos las mismas personas.
A lo largo del día nuestra energía varía mucho, algunas personas tienen mayor pico de energía a primera hora, otras tienen mayor energía durante la tarde etc.
Organizar nuestro día a día entendiendo cuando tenemos más energía puede ahorrarnos muchísimo tiempo.
Por ejemplo, en mi caso, a primera hora de la mañana tengo muchísima energía lo cual dedico a hacer cosas creativas.
Al medio día, la energía baja en picado por lo que intento organizarme para realizar tareas que requieran menos concentración como responder emails.
Por otro lado, la vida son etapas y ciclos, no siempre estamos igual y nuestra vida nunca es lineal, vivir es toda una aventura por lo que no podemos exigirnos lo mismo en todas las etapas de nuestra vida.
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El precio a pagar por llenar la agenda eficientemente con diferentes técnicas de la gestión del tiempo sin tener en cuenta nuestra energía puede llegar a ser muy alto, normalmente se paga con la salud.
Algo que funciona realmente bien es analizar nada más despertarnos el nivel de energía que tenemos y en base a ello reorganizar la agenda.
Por ejemplo, si estamos a un 50% de la energía, deberíamos de bajar las exigencias de la agenda a un 50% ( dentro de nuestra área de influencia ) y dedicar el tiempo a la carga energética.
Agendar tiempo para recargarnos de energía puede suponernos un antes y un después en la manera de vivir.
Descansar, desconectar, dar paseos al aire libre, mover el cuerpo o simplemente no hacer nada no es malo, todo lo contrario, cuanta mayor energía tienes mejor rendirás en tu trabajo y en general te sentirás mucho más vivo.
Al igual que cargamos el móvil, deberíamos de tener muchos momentos de recarga energética a lo largo del día.
Si nuestro móvil está al 5% de batería, no se nos ocurre empezar a bajar aplicaciones y lo que intentamos es cargarlo inmediatamente.
Lo mismo deberíamos de hacer con nosotros mismos, no es normal vivir cansados y sin energía.
No estamos aquí para sobrevivir, estamos aquí para vivir.
Más gestión de la energía y menos gestión del tiempo.
Si quieres saber más acerca de este tema que a mí me ha cambiado radicalmente la vida, lo puedes leer en El Pequeño Libro de la Constancia.