Menos tolerancia y más respeto

Tolerancia y respeto son dos términos que suelen tratarse como vecinos cercanos, pero que en la práctica son bastante diferentes.

Nunca me gustó la palabra tolerancia. La definición de la RAE dice que es el "respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias." Nada que objetar a semejante definición, pero en la diaria la usamos de una forma muy distinta. Veamos algunos ejemplos:

• "Tolerar un dolor" es básicamente, sufrirlo o soportarlo.
• Si digo que "toleré su opinión" el significado no es que la respeté a pesar de que fue distina a las mía, suena más a que tuve que soportarla y que no me gustó ni un poco.
• Si digo que "le tengo toleranica a un compañero de equipo" va un poco en el mismo sentido: lo tengo que soportar.

El respeto es una palabra con un significado bien distinto. No significa sufrir o soportar, sino mas bien dar lugar y consideración a situaciones o personas. En el uso diario de la palabra respeto, eso se palpa.

• "Respeto su opinión" quiere decir que valoro a la persona y lo que opina.
• Si respeto a un compañero de equipo, quiere decir eso mismo, que lo valoro, que escucho lo que dice y que confío en que actúa y piensa con buena fe, aunque opine distinto.

Por eso, en todos los ámbitos a donde nos toca trabajar y colaborar con otros, necesitamos menos tolerancia y más respeto. La tolerancia implica una actitid de brazos cruzados: me banco a la persona o la situación pero no estoy dispuesto a cambiar de postura o de opinión. El respeto es una actitud de brazos abiertos: abre la posibilidad a escuchar, a comprender, a intercambiar ideas con interés genuino, y eventualmente a confiar en el otro. Sin respeto la mesa tiene 3 patas.

En definitiva, con tolerancia convivimos, pero con respeto podemos ser mejores.