Mentira democrática

Mentira democrática


Se supone que vivimos en un "Estado de Derecho". Una sociedad abierta que, en la práctica, poco ha cambiado en el panorama político respecto al pasado excepto en que los delincuentes tienen más derechos, la mili no es obligatoria y las mujeres pueden abrir una cuenta bancaria sin necesidad de la firma de su marido.

Vivimos en una Democracia teórica. Una comedia en la que algunos mienten esperando que el resto creamos que es la única opción. Un escenario en el que sólo los poderosos tienen cierta libertad.

Actualmente la Democracia no existe. Es una palabra usada por los demagogos para estafar a los ingenuos, a quienes sustentamos los pilares de la sociedad. Es un término desvirtuado por los poderosos mientras nos muestran un aspecto amable y ofrecen un discurso envuelto de matices, aparentemente sinceros, al tiempo que hacen un uso pervertido de las palabras y los conceptos.

Cuando se convierten en hechos y descubrimos que tras sus palabras sólo hay intereses creados ya es demasiado tarde.

Se abusa de la palabra Democracia. Se repite y manipula haciendo un uso interesado de la misma. El Poder Político actual, dotado de la implacable mayoría absoluta, ha convertido la democracia en una quimera, algo vacío e, incluso, lesivo. La Democracia ha entrado en un proceso de desvirtualización interesada. Una especie de suicidio legal. Una oligarquía donde quien establece la norma puede no cumplirla. Elegidos para la consecución del bien común, suelen pretender la mejora de su estatus y permanencia por encima de todo.

Elegimos la Democracia como un buen sistema político. Pero el uso dado a sus herramientas por quienes nos gobiernan ha posibilitado que se convierta en marco legal de tiranía, donde hacer valer con demasiada frecuencia sus intereses personales sobre los generales.

Aún se nos juzga por nuestras ideas. A pesar de que “en teoría” podemos manifestar libremente nuestra opiniones (es un derecho constitucional) en realidad aún se te juzga por cómo piensas. Por ese motivo se sigue teniendo miedo a exteriorizar pensamientos so pena de enfrentarse a “legítimas” represalias del TODOpoderoso.

Deberíamos negarnos a la resignación y al autoritarismo retrógrado, a la imposición porque sí y a los intereses de unos cuantos amparados por sus propias normas. Aunque sólo sea en honor de tanta gente que ha muerto porque algún día alguien pudiera escribir este artículo.

Deberíamos luchar por una democracia real. Deberíamos reivindicarla sin tregua, a todas horas y en todos los foros. De lo contrario corremos el riesgo de perderla y que desaparezca la esperanza de ver mínimamente respetados los derechos más básicos: trabajo digno, vivienda digna, expresión libre…

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