Mentoring: Cuando aprender no es lo importante

El Día Internacional del Mentoring, que se celebra este 27 de octubre, nació como una iniciativa global para destacar la importancia de las relaciones mentor & mentee en el desarrollo personal y profesional. A lo largo de los años, ha servido como un recordatorio del poder transformador que tiene el Mentoring en las organizaciones. Hoy, quiero aprovechar esta ocasión no sólo para hablar de sus beneficios, sino para ofrecer una perspectiva más humana y profunda sobre cómo el Mentoring puede cambiar la forma en que trabajamos, aprendemos y crecemos juntos.

El verdadero impacto del Mentoring: cuando aprender no es lo más importante

Imagina que el Mentoring no trata de enseñar. ¿Y si el verdadero valor no estuviera en lo que aprendes, sino en lo que desaprendes? En un mundo saturado de información, habilidades y metas, tal vez el mayor beneficio del Mentoring, sea ayudarnos a poder soltar el exceso. A simplificar. A encontrar claridad en medio del ruido.

En mi experiencia como director de programas de Mentoring corporativos, he visto que el Mentoring más eficaz no es el que entrega respuestas, sino el que provoca preguntas incómodas. Las empresas suelen centrarse en lo que sus empleados deben aprender para ser mejores profesionales, pero rara vez se preguntan qué deberían dejar de hacer o pensar, o hacerlo de forma diferente. Y en esa incomodidad, en esa fricción, es donde surge el verdadero crecimiento.

El Mentoring como espacio de desaprendizaje y reconstrucción

En la mayoría de los programas de Mentoring, el enfoque suele estar en "enseñar" y "transferir" conocimiento. Sin embargo, en tiempos de cambio rápido, las habilidades que ayer nos proporcionaron el éxito, hoy pueden resultar obsoletas. Por eso, el nuevo Mentoring es un proceso en el que mentor y mentee deberían embarcarse en una revisión crítica de las creencias y prácticas que están marcando su trayectoria.

El desaprendizaje no implica descartar lo conocido, sino reconsiderarlo, reconstruir nuestra manera de pensar y por qué no, también nuestra manera de liderar, para ello tendremos que estar dispuestos a evolucionar y dejar de lado lo que ya no es útil.

El Mentoring como herramienta para reducir el ruido, no añadirlo

Vivimos en un entorno profesional saturado de información donde, de forma constante, se nos pide hacer más, aprender más, ser más. Lo que rara vez se dice es que muchas veces es más importante hacer menos, aprender menos y, simplemente, ser de manera más auténtica. El Mentoring debería enfocarse, también, en ayudar a los líderes a encontrar y diferenciar lo esencial, a identificar qué prácticas les están frenando en su crecimiento, o cuáles son las conversaciones que han evitado tener, o qué valores deben rescatar para liderar con más autenticidad.

Un informe reciente de la Fundación Adecco reveló que las empresas que integran programas de Mentoring centrados en el bienestar y la autenticidad de los empleados ven un aumento del 25% en la productividad y una reducción del 18% en la rotación de personal. No es casualidad. Cuando las personas sienten que no necesitan “llenarse” constantemente de nuevas habilidades, sino simplemente reconectar con lo que de verdad importa, florecen.

Mentoring y la vulnerabilidad compartida: la clave para liderar con empatía

Uno de los aspectos menos explorados del Mentoring es la vulnerabilidad. En nuestra cultura empresarial, a menudo se valora al líder que “sabe” y que tiene todas las respuestas. Sin embargo, en el Mentoring es posible crear un espacio donde mentor y mentee puedan permitirse ser vulnerables. Donde decir "no lo sé" o "yo también me he sentido perdido" no sea visto como una debilidad, sino como una fortaleza. Esa vulnerabilidad compartida abre la puerta a conversaciones mucho más reales y profundas, donde tanto mentor como mentee crecen juntos. 

En un artículo de Forbes sobre el impacto del Mentoring en el bienestar, se destaca que los líderes que se permiten mostrar su lado más humano en estos procesos logran conectar mejor con sus propios equipos, aumentando la confianza, el sentido y el orgullo de pertenencia.

En un entorno cada vez más marcado por la presión y la competitividad, el Mentoring se convierte en una herramienta clave para generar cercanía y restablecer la humanidad en los espacios de trabajo.

Conclusión: el Mentoring no te enseña, te transforma

El Mentoring no está para añadir simplemente más capas de conocimiento. Está para ayudar, principalmente, a elegir qué capas son las que realmente importan. A descubrir lo que realmente te mueve. A saber que hace que tu empresa y tus equipos sean más auténticos y eficientes. Porque en un mundo que nos empuja constantemente hacia el “más”, el Mentoring es esa pausa que te ayuda a encontrar el “menos, pero mejor”.

Y es ahí, donde está la verdadera magia: cuando el Mentoring no trata de convertirte en alguien distinto, sino en el líder que ya eres, pero aún no has descubierto.

Como dijo Brené Brown, referente mundial en liderazgo y vulnerabilidad: “La vulnerabilidad no es ganarse la aprobación de los demás, sino tener el coraje de mostrarse como realmente somos”. El Mentoring, en su mejor forma, es ese coraje. Es atreverse a cuestionarse y a reconstruirse. Es el primer paso hacia un liderazgo más humano y efectivo.