Mi Carta al Niño Dios

Mi Carta al Niño Dios

22 de diciembre 2020

 Querido Niñito Dios:

 No recuerdo la última carta que te escribí. Tal vez fue hace 50 años y probablemente te pedía juguetes, como cualquier niño de 10 años. Creo que ahora son menos los niños que te escriben, no porque no quieran, sino porque me parece que sus padres no les han enseñado acerca de Ti.

Tu sabiduría es inmensa, y ahora la misma vida me hace volver a querer escribirte y hacerte caso cuando nos dijiste que podíamos pedirle a Nuestro Padre, y como Tú viniste a este mundo enviado por Él para salvarnos, he decidido volver a repetir de ahora en adelante eso que comencé cuando era niño, porque también dijiste que teníamos que volver a ser niños para entrar al cielo.

Las prioridades han cambiado en mi vida y no son las cosas materiales que te pido. Más bien te pido lo mismo que te pedían hace dos mil años, solo que no para mi, sino para personas que quiero, y es salud. Así como los ciegos, leprosos y enfermos que sanaste, te pido para esta navidad que cures y sanes a muchos. Lo más importante no es la sanación, sino lo que viene después, y es creer más en Ti como Hijo de Dios. Porque todo aquel que sanaste y le pediste que no lo dijera a nadie, la alegría es enorme en el corazón que no podemos quedarnos callados cuando reconocemos tu amor hacia nosotros.

¿Te puedo seguir pidiendo más cosas? Lo hago con la confianza de un hijo hacia su Padre a quien no le tiene vergüenza seguir pidiendo. Te pido nos aumentes la capacidad de amar y brindar paz. Después de miles de años, tu mensaje de amarnos unos a otros todavía no ha calado en nuestras cabezas, por lo que te pido que continúes repitiendo eso mismo en todos y cada uno de nuestros corazones. Si aprendemos a amarnos los unos a los otros haremos de esta tierra un pedacito del cielo. Cuida especialmente a todos los matrimonios, para que sigamos creciendo bajo tu amparo y protección, y podamos transmitir nuestro amor y devoción hacia Ti en todos nuestros hijos, hijas, yernos, nueras, nietos, bisnietos y futuras generaciones.

Necesitamos trabajo, todos por parejo, y los que puedan brindar empleo, muéveles el corazón y hazlos más prósperos para que el crecimiento de sus empresas requiera contratar más personal.

Ayúdanos a ayudar a los pobres, para que no sean pobres y prosperemos todos juntos. Quita sobre todo la pobreza espiritual, y luego la pobreza material. La pobreza espiritual es importante eliminarla, porque no quiero tener que vivir en un mundo sin Ti mi Dios, y dame la fortaleza necesaria de los santos para mantener siempre viva la Fe, sin esa Fe no tendré futuro feliz. Estoy convencido que si dejamos de ser pobres de espíritu, todo lo demás vendrá por añadidura.

Pero esta carta no es solo para pedir, sino que quiero agradecerte por todos los momentos, alegres y tristes; por mi familia y amigos, compañeros, conocidos y desconocidos que contacté este año; por los padres y familiares que te llevaste al cielo este año; por cada amanecer, cada atardecer, cada segundo de vida que vivimos y compartimos con todos los que habitamos este planeta, y que al final de este año aquí estamos listos para afrontar el futuro 2021, y que sé estaremos bien cuidados por tus benditas manos.

Gracias por dejarnos seguir celebrando tu cumpleaños una vez más, y seguir tratando de compartir tu mensaje de amor y paz entre todos nosotros.

Te quiere mucho

Tu hijo Salvador 

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