Microgerencia en PYMEs de Servicios: El Dilema de la Confianza

¿Te has encontrado alguna vez en una situación donde sientes que te están observando cada movimiento? Si eres dueño de una PYME de servicios, probablemente hayas experimentado o incluso practicado la microgerencia. Esta es una tendencia que, aunque nace del deseo de mantener todo bajo control, puede tener efectos negativos profundos en tu equipo y en tu negocio.

La Microgerencia: ¿Qué es?

La microgerencia se gesta u ocurre cuando un líder supervisa cada detalle del trabajo de sus empleados. No se trata solo de verificar tareas, sino de intervenir en cada pequeña decisión. En las PYMEs, esto suele suceder porque los líderes sienten una necesidad imperiosa de asegurarse de que todo salga perfecto. Aunque esta sea haya convertido popular en algunas grandes corporaciones con el fin de poder ejercer un enfoque profundo en los resultados sobre todo en los comerciales, ¿sabías que esto puede ser perjudicial?

Impacto en el Equipo

Cuando ejercitamos este tipo de gestión, podemos desmotivar a nuestro equipo. La falta de autonomía puede hacer que los empleados se sientan menos comprometidos e incluso menos creativos. La presión constante y la sensación de que no se confía en ellos pueden llevar a una alta rotación de personal y a una cultura organizacional tóxica. Lo que normalmente se puede sugerir es que no sea aplicada de manera constante y recurrente, sino que se realice una mezcal de este con otros modelos de liderazgo y seguimiento. La idea es generar una dinámica donde los colaboradores estén en constante movimiento, más no en constante stress.

Causas de la Microgerencia

Muchas veces, la microgerencia proviene de la falta de confianza en los empleados. También puede ser una forma de controlar todo por temor a errores o también, de la necesidad imperiosa de alcanzar resultados en corto tiempo. Sin embargo, aunque es eficaz y altamente orientado al resultado, esto no hace más que crear un entorno estresante y menos productivo. Por ello, es importante poder hacerlo usando técnicas de negociación, conciliación, escucha activa y tener un estilo de liderazgo participativo para no agotar a los equipos de trabajo.

Que se debe considerar:

1. Confía en tu equipo: Delegar responsabilidades y permitir que tomen decisiones.
2. Establece procesos claros: Crea procedimientos bien definidos para que todos sepan qué hacer y cómo hacerlo.
3. Fomenta la comunicación abierta: Mantén un diálogo constante con tu equipo para entender sus necesidades y preocupaciones.

Beneficios de un Cambio

Adoptar un estilo de gestión más relajado y de confianza puede mejorar la moral del equipo y la eficiencia general. Recuerda, no se trata de dejar todo en manos del azar, sino de encontrar un equilibrio que funcione para todos.