MIEDO (cuarta parte)
Manejo del miedo
1. Manejo del foco atencional: si el miedo es la proyección de tu mente hacia el futuro, pues una de las mejores medicinas es regresar tu mente al momento presente… ¿cómo? Tienes que estar en auto observación.
Esto es, cacharte en el momento en que tus pensamientos quieren desbocarse (en el ejemplo, cuando la mamá empieza a pensar que su hijo puede tener un accidente) te das cuenta (porque estás presente en ti), en ese momento regresa al presente ¿cómo? También con palabras, hablando contigo:
–A ver!!!!!! alto los pensamientos perturbadores… puede que tenga un accidente si, PERO PUEDE QUE NO, Y AHORITA él está bien y yo también. Voy a disfrutar del momento presente porque es lo que tengo.
Entonces: foco atencional al momento presente. Nadie sabe qué va a pasar mañana, nadie!!! y como ves, no es una situación solo del COVID, así ha sido siempre, así hemos vivido toda nuestra vida!!!!!
La idea entonces es que disfrutes lo que tienes hoy. ¿Y es malo entonces aventar la mente al futuro? Bueno, no siempre; por ejemplo, cuando llevas tu mente a un futuro que guíe tu deseo y por ejemplo, dices yo quiero ser pintor y entonces visualizas las universidades a las que podrías ir y proyectas cómo tendrías que resolver la logística para estudiar y bueno! Eso marca la ruta de mi pasión….
Versus aventar la mente a un futuro catastrófico, que aunque puede ser una posibilidad, el visualizar esa posibilidad catastrófica no solo estropea el presente, sino que nos inutiliza mental y emocionalmente en él, al grado de pisar literalmente la locura, que es pisar fuera de la realidad y lo único “real” que tenemos es el momento presente.
2. Poner atención en el pensamiento que metes a tu cabeza. Ya que el pensamiento que elijas servirá como leña para alimentar al fuego de tu miedo o para mitigar la llama. Exploraré este tema más adelante cuando veamos el origen de las emociones.
Un tip: tanto el manejo del foco atencional como la conducción adecuada de pensamientos se puede entrenar, por así decirlo, con la práctica ancestral de la meditación.
La meditación es estar sin palabras en tu mente, pero presente, presente en ti y en tu contexto. Es callar el ruido mental y habitar en el presente. Y no necesitas estar en flor de loto y cantando el om, yo ahorita que escribo estas líneas estoy en un estado de meditación porque estoy conectada con lo que escribo, con lo que pienso y siento y te lo estoy transmitiendo.
Veremos en el siguiente artículo qué es esa emoción de miedo y cómo se construye, atendiendo al segundo punto antes mencionado: ¿qué tienen que ver mis procesos de pensamiento con mis estados emocionales?