¿Migremos?
Migrante es el de color, el pobre, y extranjero el europeo.
¿y usted a qué se dedica?
Soy abogado respondí.
Me miró con esa cara con la que te suele mirar la gente antes de decir: “ahhh, oye y ¿te puedo hacer una consulta?”
Esbocé una sonrisa, y me dispuse a estar 15 minutos escuchando al desconocido que estaba frente a mi. Mientras intentaba concentrarme en su asunto, un “moreno”, 1.80 con ojos tristes pasó al lado mío con un mapa en la mano; un mapa, de esos antiguos, reales… tangibles. Me despegué del abusivo con el que hablaba, y decidí intentar ayudar al que pensé podía ser un hermano latinoamericano.
No estaba en un error, Miguel era Colombiano, estaba buscando con urgencia una ONG muy poco conocida en la ciudad, pero que para su suerte, yo sabía perfectamente donde se encontraba.
“Gracias por ayudarme paisa, llevo una hora dando vueltas por el centro, y no lo encontraba”. Me sonreí levemente, con esa sonrisa que se proyecta desde el estómago.
“No te preocupes, Miguel. Es aquí, puedes pasar”.
Confundido por la falta de infraestructura jactanciosa, Miguel decidió ingresar. Cerré la puerta tras de mi, y mi nuevo amigo, pasó de confundido, a asustado.
“tranquilo -le dije- soy el abogado de esta institución” La cara de Miguel, seguía con atisbos de miedo, y me dijo: “que pena con usted, paisa. Pero vengo recién llegando a Chile, y no tengo dinero para pagarle, solo vine porque me dijeron que habían algunos jóvenes que ayudaban gratis”
No pude contener la risa
- ¿Me estás llamando viejo?
- NO!!! Don Cristian, que pena…
- No te preocupes- dije nuevamente- era una broma, siéntate por aquí. Efectivamente la asesoría es gratuita.
Pasamos una hora charlando sobre su vida, tomándonos un café que había en mi humilde oficina, y luego de enseñarle como regularizar su situación migratoria, me despedí.
Miguel, un poco emocionado, se despidió de mi con un fuerte apretón de manos. Se devolvió. Y me dice: “paisa, puedo preguntarle por qué hace usted esto?”
Arreglé mi camisa, y un poco más serio, contesté: “hace algún tiempo perdí mi vocación, y por necesidades económicas, llegué a asesorar a un migrante, aun cuando no sabia mucho del tema migratorio (este ramo en esos años, no era impartido en la universidad), y la historia que me contó sobre como fue perseguido por los guerrilleros en ‘buenaventura, quienes lo siguieron hasta amarrarlo y llevarlo por las aguas que conectaban a buenaventura con la selva, para que luego cuando el intentara escapar nadando por aquellas, éstos le dispararan en un dedo.Me contó sobre la familia que había dejado atrás para conseguir un mejor futuro para ellos mismos, mientras él vivía hacinado con otros 7 extranjeros más, en un cuarto de esta misma ciudad, costeándose la vida mas cara que este país puede ofrecer, solo para poder asegurar la vida y la salud de su señora e hijos allá en Colombia.
Además de todo eso, el hecho de llegar a este país que se autodenomina “la Dubai de Latinoamerica’ con raíces mestizas, que se siente con el derecho de discriminar a otra pesona por el color de su piel (entre otras muchas razones). Me parece -a lo menos- admirable. Tener que haber viajado durante 5 días, lejos de su familia, lejos de la vida que conocen, y además tener que soportar la agresión de éstas personas con aires de superioridad…sorprendente.
Me rompió el corazón, y me sentí insolente por estar asesorándolo por una cantidad de dinero, que era mucho menor de lo que me estaba entregando el ahora (una vocación…)
Decidí que iba a dedicar la mitad de mi tiempo a atender a migrantes que realmente necesitaran una ayuda de alguien que con solamente su conocimiento pudiera otorgársela, porque siento que es el granito de arena que estoy aportando al mundo para poder subsistir juntos en comunidad. Siento que realmente estoy haciendo algo bueno, con todo lo que sé. Y, a cambio, la retribución es la mas grande que nadie antes pudo otrogarme. Sensacion de satisfacción, y sobretodo de encontrarle un sentido valorico a esta profesión.
Porque ¿de qué nos sirve ser pro-migrante por redes sociales, si no hacemos algo por ellos, con lo poco que tengamos para ofrecer?