Minicrítica de "The Witness" (2015)
“Por más de media hora, 38 respetables y cívicos ciudadanos neoyorkinos vieron a un asesino asechar y acuchillar en tres distintas ocasiones a una mujer en el barrio de New Gardens”
De esa manera empieza el artículo que The New York Times publicó en 1964 sobre el asesinato de Kitty Genovese, hecho que generó una gran indignación mediática, motivando la creación del número de emergencia 911. Casi cuarenta años después, William, hermano pequeño de la víctima, comenzará a debatir la veracidad de la publicación, escarbando en el pasado y reviviendo la noche que marco su vida y la de su familia.
"Con un excepcional trabajo de dirección y montaje [...] “The Witness” también se da tiempo para plantear temas de interés menos personal y más pedagógico"
Si la riqueza formal de “The Witness” (2015) pasa por su eficiente y muy lúdica realización, la emocional radica en conocer lo que impulsó a William a emprender su dolorosa búsqueda. Es a partir de ese momento (maravillosamente retratado) cuando lo que comenzó como un ejercicio de investigación criminal pasa a convertirse en uno de redención personal, redirigiendo nuestra mirada del asesinato hacia las consecuencias que trajo consigo, y haciendo de cada entrevista, testimonio o revelación una pieza más emocional que informativa.
Con un excepcional trabajo de dirección y montaje, reforzando la empatía con el protagonista haciendo que sea su rasgada y senil voz la que relata los hechos, “The Witness” también se da tiempo para plantear temas de interés menos personal y más pedagógico, como la falta de ética profesional de los medios de comunicación con respecto a las historias que publican, manipulando la verdad y convirtiendo un penoso suceso en un jugoso producto.
Pedazo de documental disponible en Netflix.