Mirada de la metaeducación y la transformación digital en los procesos educativos
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Mirada de la metaeducación y la transformación digital en los procesos educativos

Ya los "colosos de la tecnología" hacen oficial una nueva “episteme digital”, llamada “metaverso”; así es que la realidad aumentada, la inteligencia artificial, los escenarios virtuales, el internet de las cosas, la bigdata y una forma de comunicación casi mágica o de ciencia ficción, nos van envolviendo, impulsando una vorágine en la sociedad del conocimiento y el mundo globalizado; veremos cuándo esto se incorpora al hermético mundo de lo curricular y didáctico en el campo de la educación formal y de los sistemas educativos.

Es claro que durante las últimas décadas del siglo XX y en las dos que ya hemos avanzado en este siglo XXI, ha sido vertiginoso el proceso de incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación en las experiencias educativas. No con la contundencia y el impacto que ha tenido en otros sectores sociales, tal vez, por esa tendencia de ralentizar los cambios formales en el sistema educativo y las escuelas; pero definitivamente va siendo un aspecto transversal que cada vez más se viene considerando y está transformando la gestión de las instituciones de enseñanza y de los conocimientos que en ella se producen, en su lenta, esperando que segura, transformación hacia lo digital.

El impuso dado por la situación de la pandemia en estos dos años ha hecho, prácticamente de manera forzada, que las instituciones educativas se acerquen más a las tecnologías y hayan tenido que incorporar las herramientas digitales y las experiencias de los entornos virtuales a la gestión de los aprendizajes. Es indudable que se ha disparado el mercado con la oferta de servicios de plataformas, aplicativos, programas y herramientas digitales que se proponen dinamizar en la gestión virtual de las experiencias educativas; así como propuestas de formación y capacitación en el uso de estos entornos y medios digitales.

De esta manera, directivos, docentes, estudiantes y padres de familia han tenido que capacitarse de forma acelerada para conocer y trabajar con estos dispositivos, medios y recursos para la enseñanza, el aprendizaje, el acompañamiento, la retroalimentación formativa y las prácticas de evaluación sumativa; lo que sin dudas ha permitido dar un impulso a la trasformación digital de los procesos educativos, pero además de ir trabajando el concepto y la experiencia de cultura y ciudanía digital, que se incorporan como necesarios en la comprensión de la metaeducación como una situación en la que los procesos educativos se hacen auténticamente trascendentes y permiten que las personas y las sociedades también trasciendan.

El liderazgo educativo debe plantearse este proceso de transformación digital y de acogida de las tecnologías como un asunto de impacto en el sistema educativo que mueve a la indagación y a la reflexión sobre la importancia que tiene el uso de herramientas tecnológicas en el desarrollo de experiencias educativas en la modalidad virtual, en la modalidad presencial y en las experiencias híbridas que van tomando fuerza en estos tiempos de transición a la postpandemia.

En cuanto a esto, la disrupción educativa va planteando un corte severo en la manera de comprender los procesos educativos y por ende la gestión de las instituciones, por eso es imperativo que los agentes de la educación hagan consideraciones y tomen decisiones sobre el marco curricular, la comprensión ágil de la didáctica y la mirada activa de las propuestas instruccionales, para garantizar el logro de los aprendizajes y el desarrollo de las competencias y contenidos que estén acordes a los procesos que se viven en este dinámico, controvertido e incierto mundo cambiante.

El uso creciente de herramientas digitales en el marco de la disrupción educativa de los últimos tiempos ha venido cobrando mayor relevancia dado el impulso que ha tenido la gestión de la educación a distancia aprovechando los medios que brinda la virtualidad en un proceso indetenible de trasformación e innovación que es dinámico y cambiante de forma ágil y acelerada, de acá la necesidad de que las escuelas sean capaces de mantenerse a este ritmo para mantener su vigencia y pertinencia. Es importante que las instituciones educativas revisen, estudien y saquen conclusiones de esas experiencias para impulsar el cambio necesario en el escenario de nueva normalidad.

Importante no quedarse atrás y tener esto en cuenta dado que esta situación viene acelerada e incrementada en un escenario indetenible de disrupción, que trastoca dimensiones fundamentales de cómo hemos venido entendiendo la educación. Con el empleo de las tecnologías como factor de innovación educativa se deben considerar y replantear en las escuelas, e instituciones educativas, aspectos tales como: el académico, el técnico, el administrativo, el económico, el cultural y hasta el político, entre otros. Esta penetración de lo digital no es solo técnica o instrumental, no se trata solo de contar con dispositivos electrónicos ni plataformas digitales o ambientes virtuales, estudiemos el fondo epistemológico del emergente metaverso; se trata de asumir toda una perspectiva de interpretación del mundo cambiante y de la dinámica del desarrollo y gestión del conocimiento y las relaciones humanas; así como los medios y modos de producción y de intercambio de bienes y servicios en este espectro digital.

De esta manera, el uso de las nuevas tecnologías se ha desarrollado junto con nuevas formas de concebir e implementar los enfoques de enseñanza e incluso con la forma de concebir el aprendizaje y su forma de ser evidenciado y evaluado, planteando nuevos desafíos a las experiencias de gestión del conocimiento; implica la comprensión de la metaeducación que trasciende todo lo que hasta ahora hemos hecho sobre las formas de asegurar a las generaciones futuras no solo la trasmisión de nuestras experiencias, sino, especialmente, la capacidad para construir sus propias experiencias de aprendizaje y adhesión del conocimiento en nuevos contextos de comprensión y acción, que requiere de competencias cognitivas superiores.

El sector educativo, en camino hacia la metaeducación, ha podido encontrar una gran variedad de opciones digitales en la implementación y desempeño de la actividad docente, integrando cada vez más las tecnología de la información y la comunicación como un recurso más en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, en el fomento de nuevas experiencias para la gestión del conocimiento, en base a las propuestas de planificación curricular y didáctica que se formulan las instituciones y el sistema educativo, colocando nuevos desafíos para dar respuesta a esta dinámica; y esto no se detiene, ya no será tanto cómo se incorporar nuevas herramientas sino como nos dinamizamos para que estas herramientas den respuestas a las necesidades educativas de la actualidad.

Hemos podido evidenciar el dinamismo y la vorágine que ha implicado la entrada de las múltiples herramientas digitales en el medio educativo, tal vez con retraso y aun de manera tímida; pero es tiempo que reaccionemos para poner a tono al sector educativo de acuerdo con las demandas de una realidad trascendente y un modelo disruptivo que han venido a transformar las experiencias escolares y a revolucionar la misma mirada que tenemos del hecho educativo; de no hacerlo, a muchas instituciones educativas le sucederá como ha sucedido a grandes empresas, incluso que en un momento eran líderes en tecnología e innovación,  que han desaparecido por no haber comprendido los signos de los tiempos y no haber ejecutado las transformaciones digitales necesarias, por miedo al cambio, por falta de iniciativas o tomas de decisiones oportunas, o por no ser capaces de buscar la capacitación, la asesoría, los recursos y las inversiones requeridas para favorecer el cambio reclamado por la nueva sociedad de la información y el conocimiento.

La educación no puede seguir atrás en este proceso de cambios, el "metaverso" que ha estado creciendo y madurando, ya hizo su aparición pública, ¿Qué haremos en educación para alcanzarlo? El mundo educativo debe estar a la par de los cambios sustanciales que se suceden en el mundo, e incluso debería estar liderando, canalizando y fomentando esos cambios. ¿Seguiremos atrás, aferrados a la educación tradicional y sus formas?

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