Miradas al Exterior (La Orden del Toisón de Oro)

Reproducción del texto que ha sido emitido en radio5 de RTVE el día 28 de febrero de 2018 en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

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Las órdenes dinásticas que se desarrollaron durante la Edad Media y pertenecían al patrimonio heráldico de una dinastía reinante fueron transferidas al patrimonio heráldico de la Corona y al Estado a partir del siglo XIX. Tal es el caso de la Insigne Orden del Toisón de Oro, vinculada a la Monarquía Española.

Pero, ¿Cuál es el origen de dicha orden?

La Orden del Toisón de Oro es una antigua orden de caballería creada en 1429 y se remonta al ducado de Borgoña, concretamente en la figura de Felipe III el Bueno. Su objetivo principal era defender la fe cristiana y honrar a las órdenes de caballería. La administración pasó a la Corona Española cuando la hija de los Reyes Católicos, Juana la Loca, se casa con Felipe el Hermoso. De esta unión nace Carlos I de España y V de Alemania quien es proclamado rey de España en 1517 y un año antes es nombrado quinto soberano de la Insigne Orden del Toisón de Oro.

Dicha Orden ha estado vinculada históricamente con tres dinastías, concretamente con la de Borgoña, Habsburgo y Borbón. No obstante, es una orden estrechamente ligada a una dinastía, la primera de Borgoña, y no al territorio.

La Insigne Orden estuvo ligada a la Casa de Borgoña entre 1429 y 1477 en las figuras de los soberanos de Felipe el Bueno y Carlos el Temerario. Con respecto a la Casa de Habsburgo contamos con los soberanos Maximiliano I, Felipe I, Carlos I, Felipe II, Felipe III, Felipe IV y Carlos II en la fecha comprendida entre 1478 y 1700. Finalmente, desde 1701 hasta la actualidad hacemos referencia a la Casa de Borbón con las figuras de Felipe V, Carlos III, Carlos IV, Fernando VII, Isabel II, Alfonso XII, Alfonso XIII, Juan de Borbón y Battenberg, Felipe VI, y por último la actual princesa de Asturias. 

El Toisón de Oro es la más alta distinción que concede S.M. el rey de España, siendo éste su Gran Maestre. La orden tiene carácter dinástico y estatal desde la época de Isabel II y está articulada mediante el Real Decreto de 26 de julio de 1847. 

Actualmente, el monarca otorga el Toisón libremente. Recordemos, por ejemplo, que el rey Felipe VI recibió el collar del Toisón de Oro en 1981 de manos de su padre cuando sólo tenía 13 años, y la actual princesa de Asturias lo recibió a manos de su padre el pasado mes de enero. 

El collar es el máximo grado otorgado por las órdenes civiles en España, concretamente en la Insigne Orden del Toisón de Oro. El collar está formado por eslabones que alternan la letra “B”, inicial de Borgoña, con el pedernal y las llamas. De su parte inferior está pendiente la insignia, el vellocino de oro. El duque Felipe el Bueno dispuso que la inscripción latina del collar fuera “Antes hiere el eslabón que resplandezca la llama”.

En referencia al uso del collar, el duque de Borgoña dispuso que todos los caballeros de la citada orden usaran el mismo diariamente y serían sancionados todos aquellos que lo incumplieran. No obstante, Carlos I lo modifica en el año 1516 argumentando que el collar se usara sólo en fechas señaladas y que de manera habitual se usase solamente la insignia del vellocino de oro. Como dato curioso, el uso de las vestiduras oficiales de los caballeros del Toisón de Oro entra completamente en desuso durante el siglo XVIII.

Actualmente, la ceremonia de imposición se celebra en el Palacio Real donde asisten miembros de la familia real y presidente del Gobierno, presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado, el presidente del Tribunal Constitucional entre otras personalidades, pero ¿cómo se desarrolla la misma?

La ceremonia se inicia leyendo el texto del decreto de concesión. Acto seguido se impone el collar y finalmente el monarca da un afectivo abrazo de bienvenida al nuevo caballero o dama de la orden. Curiosamente, desde 1985 se concede también a mujeres y a personalidades relevantes que hayan contribuido a los servicios de la Corona. Es importante recordar que a la muerte del titular, el collar regresa nuevamente a la orden.

Pedro L. Sánchez Torres

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