Liam Echavarría Molloy

PALAS ATENEA PATRONA DE LAS TEJEDORAS.

Cuenta el mito que Palas Atenea descendió a ver a su hermano, el deforme Hefesto para encargarle nuevas armas, ya que este es el mejor herrero de toda Grecia. Cuando Hefesto vió a su hermana, sintió el deseo de poseerla, acción que la hermosa y virgen diosa rechazó con su huída a toda prisa. Pese a ser rengo Hefesto la alcanzó y a poca distancia descargó su semen que se depositó en la pierna de Palas Atenea, quien, con un manojo de lana, limpió el fluído de su hermano. Dejó caer la lana al piso y una vez depositada en la tierra, de la misma nació una criatura. La diosa virgen no tardó en levantar al niño, Erictónio, nombre que hace mención a la lana, eri y a la tierra ctonio, lo puso en una cestilla y lo dió para la crianza a una de las hijas de Cécrope, que vencidas por la curiosidad, abrieron la cestilla y vieron al niño, custodiado por dos serpientes, el mito asegura también, que Erictonio tenía cola de serpiente. Espantadas las hijas de Cécrope saltaron desde un acantilado. Con el tiempo, Erictonio se transformó en uno de los primeros reyes de Atenas. De esta manera incestuosa, indirecta y traumática, Palas Atenea se constituye en la patrona de las tejedoras de Atenas mientras que su hijo, Erictonio, asume la forma de un protomoises y la vieja cestilla que cambia el destino, el destinatario y al destinado o la destinada.