MISIÓN IMPOSIBLE (segunda parte)

Javier Herrera Palma

Lo que sería una fácil tarea en mi fértil imaginación, en la realidad parecía una de las misiones más complicadas de la popular franquicia de Hollywood, MISIÓN IMPOSIBLE. De la lista de más de una página de nombre de Editoriales, desde las más conocidas, hasta las más modestas. Era como una especie de imaginarios portazos en plena nariz, cada una de ellas a la que llegue con mi ilusa y entusiasta propuesta.

Es evidente, que un escritor desconocido, llega a resultar un producto casi imposible de vender, independientemente de que su obra sea buena o mala. Se tornaba urgente que descubriese el secreto de Coelho.

Debido al encierro a causa de la pandemia, solo quedaba seguir estableciendo contactos por internet y tal vez poner en práctica lo aprendido en las reuniones de #Linkejuntas, a las cuales asistía en meses anteriores.

Por lo pronto estaba seguro de que la red no es una bolsa de empleo, pero que se puede llegar a establecer contactos con incertidumbres parecidas a las que padecía en ese momento o quizás mucho peores.

Lo que llegue a estar seguro es que todos queremos vender algo y como me dijo un gran amigo cuzqueño, de esas pocas amistades sinceras que llegué a consolidar, «Aquí todos quieren vender algo, pero haz lo posible porque no se note»

A partir de allí, comencé con mucha timidez a publicar fragmentos de mis escritos. Si alguien comentaba algo o le daba un like, era motivo para intentar ir aumentando la comunidad de lectores. Al principio, eran solo dos visualizaciones, la de mi esposa y la mía, pero luego poco a poco estas fueron aumentando.

Una de esas lectoras me sugirió presentar el libro en un concurso en México, cuyo premio sería publicarlo en #Amazon. En ese momento no sabía que las auto publicaciones allí eran gratuitas. También ofrecían dar un pequeño porcentaje de las regalías, una vez recibidas de la poderosa corporación de venta de libros. Pero admito que un verdadero amante de la escritura, solo pretende publicar sus escritos, así sea a cambio de nada. Sin mucha fe envié mi participación, pero cosa increíble, gané el concurso. 

Las amistades virtuales más cercanas, amablemente me enviaban una fotografía con el libro físico en sus manos. Al año de haber publicado mi libro, las responsables del concurso me enviaron la primera liquidación del producto de las ventas: ¡Casi cinco dólares!

LIBRO  https://amzn.to/49p1JXw