Momentos de calma y sonrisa
En una vida como la actual donde predominan las distracciones, es fundamental introducir períodos de calma, que sin duda favorecen la concentración.
A fin de cuentas, la mente funciona como un músculo y puede agotarse si no eres capaz de detenerla y relajarla durante unos pocos minutos.
Podemos empezar a practicar mindfulness 5 ó 10 minutos nada mas levantarnos ó 5 ó 10 minutos antes de acostarnos. Sentados con la espalda recta y con las piernas cruzadas o bien, acostados sobre la espalda.
Al principio, suele ser muy útil colocar un libro sobre el ombligo y concentrarte en como el libro sube al inspirar y como baja al expulsar el aire. Aunque te inunden los pensamientos, tu atención debe permanecer puesta en el libro. Solo eso.
Es realmente bonito realizar esta práctica con tus hijos pequeños, sobre todo en esta época de confinamiento. En este caso, puedes sustituir el libro por su muñeco favorito y que los chavales se concentren en el muñeco que sube y baja.
Después de unos cinco minutos de observar la respiración y como sube y baja el libro podemos repetir al inspirar la frase:
“Cuando inspiro mi mente y mi cuerpo se relajan, cuando expulso sonrío”
Y al repetir esta frase comienzas a sonreír. Así seguimos otros 2 ó 5 minutos.
Hay variantes de esta técnica, como realizarla con tu pareja, cogidos de la mano. Incluso si ella estuviera embarazada, unir vuestras manos y colocarlas sobre la tripa de la futura mamá.
Puedes preguntarte, ¿ésta cosa tan sencilla es mindfulness? ¿Y esto sirve para algo? A muchas personas y a mí nos ha resultado muy útil. Te recomiendo empezar por dos o tres días por semana y sonreír siempre que te acuerdes. Con el tiempo pasaremos a realizar prácticas mas complejas.
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