Momentos de Pasión
Ayer domingo finalizó un periodo importante para los cristianos, la Semana Santa. En todos los sitios, a partir del Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección se han sucedido un sinfín de procesiones para rememorar lo ocurrido hace más de 2000 años: la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Como toda celebración religiosa, la Semana Santa, está llena de iconografía, tradiciones, leyendas, arte, historia y, sobre todo, de sentimientos.
Durante estos días han procesionado una gran cantidad de cofradías por las calles de España. Unas cofradías que sacaban sus imágenes más representativas realizadas por diversos artistas: Gregorio Fernández (siglo XVII), Juan de Juni (siglo XVI), Francisco Salzillo (siglo XVIII), Nicolás de Bussy (siglo XVII), Juan Martínez Montañés (siglo XVII), Pedro de Mena (siglo XVII),...
Esos pasos han recorrido las calles gracias a unos valientes portadores/cargadores/anderos o costaleros, con el peso sobre el hombro o sobre el costal. Hombres y mujeres que, con máxima devoción y un esfuerzo tremendo, han llevado a su imagen.
Unos nazarenos que han acompañado a su Virgen o a su Cristo cumpliendo su promesa y emocionándose en cada esquina por tener la oportunidad de volver a estar en ese momento. Promesas cumplidas, demostraciones de amor terminando una Estación de Penitencia acordándose de esa persona que no lo ha podido hacer y que hubiera dado todo por salir, pero que ha estado presente en cada paso, en cada segundo.
Unas marchas que son la música que pone sonido a los sentimientos, a la emoción, a la alegría, a la pena, a la muerte. Una música nacida de grandes compositores que han sabido trasladar la Semana Santa a una partitura. Manuel Font de Anta (Amarguras), Pedro Gómez Laserna (Pasa la Virgen Macarena), Abel Moreno (La Madrugá o Hermanos Costaleros), Manuel Alejandro González Cruz (Mi Madrugá), Manuel López Farfán (Pasan los campanilleros), son algunos de ellos.
Si hay algo que es común a costaleros/anderos, escultores, compositores, orfebres, y tantos otros colectivos que forman parte de esta tradición, es la Pasión. Llevan a la imagen, esculpen, procesionan, lo viven y lo vivieron con máxima pasión. Es lo que les mueve a superar las dificultades, a trasladar sentimientos, a compartir emociones, a realizar un trabajo perfecto.
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No es habitual encontrar la palabra PASIÓN en las competencias que las empresas ponen en su web o en la presentación que se hace a toda la plantilla para compartir retos y objetivos futuros.
La competencia más importante de un líder es Pasión. Un líder debe conocer bien cuáles son sus pasiones para construir un discurso basado en la verdad, que su equipo perciba esa emoción en cada tarea, en cada reunión, en cada proyecto. Sin pasión, la persona se convierte en un ser abstracto, sin rumbo y sin ilusión.
Sin rumbo y sin ilusión las empresas son meros conjuntos de personas a las que les espera un final terrible, la desaparición.
Pongamos pasión en todo lo que hacemos, desde el CEO hasta el último operario, al igual que lo hace el nazareno, el compositor, el músico, el costalero, el orfebre.
Sin pasión no hay éxito, sin pasión no hay vida.
Acompaño a líderes y organizaciones a identificar oportunidades de negocios circulares /Asesora Estratégica y Speaker/ G100 CircularEconomyWing (Spain) CEO de Circulars4theFuture /Embajadora de Premios Verdes #SoyOsmotic
1 añoVerdaderamente ausente del vocabulario empresarial la PASIÓN...
Freelance, Dirección Comercial
1 año"Todos pueden superar sus circunstancias y alcanzar el éxito si tienen dedicación y pasión por lo que hacen." Nelson Mandela