#NaciónPyme: ¿a quién heredar tu empresa?

Decidir qué hacer con nuestro patrimonio una vez que fallecemos es una de las acciones que regularmente evadimos, pero que es indispensable para no heredar problemas.

Si la elaboración de un testamento ante notario es un proceso que millones de personas jamás hacen, menos personas diseñan un plan empresarial para definir qué hacer con una empresa al fallecer la persona clave en la misma. Hemos visto cómo la falta de pericia de quien heredó una empresa o los conflictos que generan la falta de testamento, arruinan emprendimientos de décadas y el sustento de decenas o centenares de personas.

 Nuestra legislación permite diseñar empresas que automáticamente entren en disolución y liquidación al fallecer una de las personas dueñas de la misma; sin embargo en los estatutos sociales pocas veces se regula con detalle este tema, remitiendo a la ley lo que corresponda, pero en muchas ocasiones, tampoco dice mucho. Ahí radica la necesidad de tener una regulación clara, tanto en los estatutos de la empresa, como en el testamento de quien fallece, para tener un claro procedimiento a seguir.

A veces, señalar el procedimiento a seguir no es suficiente, si se dejan cabos sueltos al omitir nombrar quién o quiénes deberán ser los guías de las personas que heredan, ya sea para capacitarlos para administrar la empresa, o gestionar su salida, en caso que su perfil no sea el adecuado.

En verdad, mucho problemas empresariales y familiares podrían preverse si se planeara con la debida diligencia todos los pasos a seguir al fallecer una persona clave, dueña total o accionista mayoritaria en una empresa. Entendemos que el amor a los seres queridos puede ofuscar una toma de decisiones racional, pero siempre insistimos que es por ese mismo cariño que se requiere diseñar un plan legal y financiero, para que paso a paso, se cumplan sus instrucciones como si estuviera en vida.