Nos perdimos por el camino
Por cortesía de Pixabay

Nos perdimos por el camino

Llega el final del curso académico para nuestros chavales y jóvenes, y de repente todos son prisas, las clases se aceleran, se dan contenidos por dados, la ansiedad lo cubre todo y una sola idea lo inunda todo, acabar el temario y hacer los exámenes.

Así aprenden nuestras próximas generaciones a olvidarse de los propósitos para centrarse en los medios, las reglamentaciones, las normas. Y no me refiero a que las normas que nos damos para convivir sean negativas, pero es evidente que, en este mundo, hemos olvidado los propósitos para los que hacemos las cosas, perdiéndonos en la maraña de reglamentaciones, de procesos, de medios que, en teoría, nos debieran llevar hasta el objetivo, hasta tal punto, que nos olvidamos de él.

El caso de la escuela es solo un pequeño ejemplo de como olvidamos el objetivo, que debería ser alcanzar unos mínimos conocimientos y habilidades, centrándonos en cumplir con cubrir los expedientes académicos con cifras de rendimiento y calificaciones, cumplir horarios leoninos en lugar de promover la colaboración, la formación de equipos de trabajo y la convivencia en valores.

Estos olvidos no son exclusivos de nuestros pequeños, los adultos nos hemos olvidado totalmente de nuestros propósitos y hemos acabado sometidos por multitud de reglamentaciones, obligaciones y directrices que sencillamente, nos alejan cada vez más de nuestros propósitos. Quiero compartir contigo algunos ejemplos cotidianos que te sirvan para que explores hasta que punto te alejaste de lo que estabas buscando.

Miles de personas se levantan cada día temprano para ir a sus trabajos en lugares alejados de sus lugares de residencia, coincidiendo una y otra vez en las vías de acceso, soportando así, horas y horas de atascos a lo largo de su vida, El objetivo de trabajar es ganar un dinero para vivir, pero la vida se nos escapa cada día en estos atascos.

Las personas necesitan que otras personas los representen, los lideres, como una forma de asegurar una convivencia en paz y armonía, en búsqueda de un objetivo hecho común, vivir libres y seguros, pero son justamente estos representantes los que terminan olvidando sus funciones de servicio llevando a sus ciudadanos a la pobreza y la guerra.

Cuando nos relacionamos con otras personas buscamos complementarnos, mejorarnos a nosotros mismos a través de otros, sus conocimientos, sus fortalezas, su cariño nos hacen mejores personas, pero por el camino se nos olvida, y acabamos queriendo acaparar, poseer, dominar, en lugar de amar, compartir, comprender.

Las cosas que hemos construido, fueron construidas para darnos un servicio, los coches para transportarnos, las casas para guarecernos, la ropa para protegernos, pero al final esas mismas cosas terminaron por poseernos, olvidamos su propósito convirtiéndolos en un fin, en lugar de en medios para lograrlo.

Elaboramos alimentos para poder subsistir, e inventamos medios para poder dar de comer a todo ser humano sobre la faz de la Tierra, pero en su producción, olvidamos el propósito, y nos centramos en su consecuencia, provocando con ello la destrucción de ecosistemas, la contaminación de suelos, mares y atmósfera, que ensucian y enferman nuestro cuerpo, y contamina los alimentos que, después hemos de comer.

Pero el olvido más grave de todos, el que más daño nos hace, es el habernos olvidado de quienes somos, el haber olvidado que aquel que tenemos enfrente no es un competidor con el que nos estamos jugando la supervivencia, aquel que tenemos enfrente es un reflejo de quienes somos, es un ser humano, con nuestros mismos miedos, incertidumbres y necesidades, un ser humano luchando por ser feliz; este es el inicio de todo cambio, saber vernos y reconocernos en los ojos de los demás.


Gema Mencía Gutiérrez

Directora de TPVs Territorial Centro en Banco Sabadell

7 años

Gracias por compartirlo y que nos sirva de recordatorio...espero no se me olvide en el atasco matinal...😉

Alejandro Torchia

Executive Director at Banco Santander (Spain) | Executive Coach

7 años

Totalmente de acuerdo en lo que comentas, David. Gracias por tu aportación a la cordura, al sentido de las cosas y a la reflexión...!

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Otros usuarios han visto

Ver temas