NUEVA NORMALIDAD

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Estamos enfrentados a uno de los momentos más críticos de la humanidad. Hay quienes asemejan esta Pandemia a los impactos de la segunda Guerra Mundial. Las consecuencias sociales y de interacción humana, de Salud Pública, de la economía global y de repercusión en el empleo y las empresas hablan de una “NUEVA NORMALIDAD” (ALGO ASÍ COMO UN RESETEO). Nadie sabe exactamente cómo quedará el mundo después de esto ni cuándo se iniciará ese “Después”. Hay gobiernos que han tomado decisiones arriesgadas incluso cercanas al “experimento social”. Otros acusados de negligencia sobre la enfermedad incluido el de los Estados Unidos. El Gran balance parece ser entre proteger la población hasta alcanzar la inmunidad de “rebaño” y cuidar la economía volviendo al ruedo de producir y activar. Todos están buscando formas de reabrir la economía siguiendo ese equilibrio. Se trabaja sobre un presupuesto basado en la experiencia con otras enfermedades virales epidémicas. Una de las ideas más populares también es simple: si alguien fue infectado con Covid-19, y se recuperó, debería ser seguro para ellos volver a trabajar porque contarán con una inmunidad duradera. Las ciudades y países de todo el mundo están considerando otorgar este estatus de “protegido" a las personas que dan positivo por anticuerpos contra el SARS-CoV-2 (el nuevo coronavirus).

La cuenta grosera marca que el 80% de las personas que están expuestas al SARS-CoV-2 probablemente nunca terminen en un hospital, 15% tendrán internaciones con cierta gravedad y 5% estarán en cuidados intensivos (de los cuales probablemente morirán). La única forma de saber si alguna vez se infectaron es mediante pruebas de anticuerpos, también llamadas pruebas serológicas que usan una gota de sangre en lugar de los hisopos nasales que se usan para detectar el virus. Cuando una persona da positivo por anticuerpos contra el SARS-CoV-2, muestra que su cuerpo ha tratado de combatir la infección. Si una persona nunca ha estado expuesta, nunca puede desarrollar los anticuerpos. Una vez que una persona tiene Covid-19, generalmente toma de 10 a 14 días antes de que aparezcan los anticuerpos.

Las pruebas de serología SARS-CoV-2 están más disponibles y son más fáciles de usar que las pruebas para detectar el virus, que son escasas (OMS dice que hay 275 pruebas serológicas de SARS-CoV-2) pero las pruebas serológicas precisas y confiables son bastante difíciles de desarrollar ya que hay pruebas serológicas falsas positivas tanto por fallo como por la interpretación de los resultados (14%).

Esto significa que 14000 cada 100000 cree que tiene los anticuerpos, cuando realmente no los tiene. Dicho de otra forma, muchas personas piensan que están protegidas contra la infección, cuando no lo están.

Pero es aún más complicado. Para interpretar correctamente una prueba de serología para un individuo, se debe conocer el nivel de infección de fondo en la comunidad. Y eso es un concepto poblacional de todas las infecciones, pero no hemos hecho suficientes pruebas de virus y además no son precisas.

El hecho de que el SARS-CoV-2 no haya existido el tiempo suficiente para que las personas se infecten, se recuperen y se vuelvan a infectar ha llevado a algunos a sugerir que los anticuerpos contra Covid-19 pueden no causar inmunidad protectora.

Hay otros seis coronavirus humanos. Cuatro de ellos son las principales causas del resfriado común. Los otros dos, SARS y MERS, cada uno causó sus propias emergencias internacionales de salud pública. Si el SARS-CoV-2 actúa de manera similar a los otros coronavirus (y no hay razón para que no lo haga), la inmunidad durará solo uno o dos años. Esa es la misma cantidad de tiempo que esperamos tener una vacuna segura y efectiva. Pero la inmunidad también depende de la "carga viral" del virus. Cuanto más enfermo esté, más probabilidades tendrá su cuerpo de combatir la reinfección en el futuro. Eso no es un buen augurio para el 50% de las personas asintomáticas pero que dan positivo por anticuerpos contra el SARS-CoV-2.

La buena noticia es que, si las personas se vuelven a infectar, es probable que tengan una infección mucho más leve. La mala noticia es que un número desconocido, pero probablemente grande, de personas que dan positivo para anticuerpos contra el SARS-CoV-2 están en riesgo de contraer y transmitir Covid-19 por segunda vez. También es probable que las personas que piensan que no pueden obtener Covid-19 nuevamente, se comporten de manera diferente (quizá dejarán de usar máscaras, dejarán de lavarse las manos obsesivamente, volverán a trabajar en espacios cerrados, básicamente harán todas las cosas que ayudaron a que el virus se propagara).

La vacuna está siendo buscada intensamente por un gran número de compañías pero el desafío de obtener un producto seguro en este tipo de virus altamente mutantes es todavía muy grande. Del mismo modo el uso de sueros de anticuerpos.

Los equipos de investigación en empresas y universidades de todo el mundo están desarrollando más de 90 vacunas contra el SARS-CoV-2. Los investigadores están probando diferentes tecnologías, algunas de las cuales no se han utilizado antes en una vacuna autorizada. Al menos seis grupos ya han comenzado a inyectar formulaciones en voluntarios en ensayos de seguridad; otros han comenzado a probar en animales.

Una última consideración con el rol que van a desempeñar todas las empresas vinculadas al sector salud y el re dimensión del rol del estado en la salud pública en esta crisis económica, donde los países más fuertes serán quienes gestionarán mejor la situación, junto con todo el sector de servicios al hogar, comunicaciones y tecnología de apoyo al teletrabajo.

Finalmente la gran caída que habrá de esperar en sectores como el turismo, hotelería, gastronomía, deportes, artístico-cultural, y de bienes suntuarios.

Hay mucho por aprender todavía de este virus y hay muchos intereses en juego pero también y ahora hay muchísimo de aprender para y por de nosotros mismos.

Dr. Bernardo A. Otero Barrios