Nuevas oportunidades para los Servicios Basados en el Conocimiento
La reciente sanción de la Ley de Economía del Conocimiento no sólo es un hecho histórico, sino que es un gran paso para seguir desarrollando uno de los sectores más dinámicos y con mayor potencial a nivel mundial. Por su capacidad de agregar valor y favorecer la diferenciación de productos en otros sectores, las actividades de la Economía del Conocimiento ofrecen importantes oportunidades para las exportaciones de nuestro país.
Dentro de los rubros que se beneficiarán de esta ley, se destacan los Servicios Basados en el Conocimiento (SBC), que actualmente son el 4º complejo exportador argentino y representan 7,8% de las ventas externas totales de bienes y servicios. Asimismo, Argentina se destaca como uno de los principales exportadores de SBC de América Latina. De hecho, es uno de los pocos países de la región que cuenta con superávit en el sector: el balance comercial de SBC es positivo desde hace más de 14 años y registra un importante excedente en software y servicios de informática y en servicios empresariales, profesionales y técnicos.
La Ley ofrece a las empresas dedicadas a las diversas actividades de la Economía del Conocimiento una serie de beneficios que contribuirán al crecimiento y desarrollo del sector, poniendo especial énfasis en las exportaciones. En particular, elimina la doble imposición, que hasta el momento ha sido una de las principales barreras para vender SBC al exterior. En el marco del nuevo régimen, las empresas podrán descontar del pago de impuesto a las ganancias en Argentina las retenciones aplicadas en otros países en concepto de impuesto a la renta, independientemente de la existencia o no de acuerdos para evitar la doble tributación.
El capital humano es el principal determinante de la competitividad en los sectores de la economía del conocimiento y justamente es una de las mayores fortalezas de nuestro país. Diversos índices internacionales destacan el talento, creatividad y alta calificación de los argentinos: lideramos el ránking de capacidades tecnológicas de Coursera y, de acuerdo con Education First, el dominio del inglés es alto y superior al del resto de las economías latinoamericanas.
Para seguir fortaleciendo estas ventajas comparativas, uno de los requisitos que deben cumplir las empresas para acceder a los beneficios de la Ley de Economía del Conocimiento es la inversión en investigación y desarrollo (I+D) y/o en capacitación del personal. Además, el nuevo régimen promueve la internacionalización desde etapas iniciales facilitando el acceso de emprendedores y microempresas a los beneficios.
Si bien las exportaciones de SBC enfrentan menos barreras que las de otros sectores donde Argentina tiene ventajas comparativas, desde el Gobierno estamos buscando mejorar las condiciones de acceso y competencia de las empresas argentinas en el exterior. Por esta razón, renegociamos el convenio para evitar la doble tributación con Brasil, firmamos acuerdos de servicios con Chile y Colombia, y estamos negociando con algunos de los principales importadores mundiales de estos servicios.
El nuevo acuerdo con Chile, que entró en vigor a comienzos de mayo, moderniza las disciplinas y regulaciones en línea con las tendencias internacionales y promueve la inserción de los proveedores de servicios en cadenas regionales de valor. La mayoría de los sectores de SBC están comprendidos en este acuerdo. Esto significa que las empresas argentinas en Chile reciben el mismo tratamiento que los prestadores locales y no se limita su participación mediante restricciones cuantitativas. Además, las empresas argentinas pueden participar de contrataciones de SBC del gobierno chileno en igualdad de condiciones con los proveedores locales.
Si bien existen importantes desafíos para liderar la carrera global en la economía del conocimiento, estas medidas contribuyen a mejorar la competitividad del sector y generan nuevas oportunidades para que más emprendedores y PyMEs argentinas logren salir al mundo y consolidarse en mercados internacionales.