NUEVO ORDEN MUNDIAL -Una reflexión post pandémica
Mucho hemos leído, visto, compartido desde la llegada del COVID 19 al mundo occidental y de cómo individuos, familias y comunidades han tenido que reinventarse en esta “nueva normalidad”
Como publicista y como “planner estratégico” me ha tocado revisar, analizar, presentar, recomendar enésimas presentaciones con recomendaciones para nuestras marcas, asesorando cómo deben o no comunicarse y cómo jugar en esta nueva cancha en la que todos estamos jugando. Analizar los miles de mensajes de miles de marcas que “se ponen en los zapatos del consumidor” con campañas que declaran mucho pero que no necesariamente hacen tanto y creo que la gente allá afuera (o adentro) está esperando acciones concretas desde el ADN de la empresa que está detrás de la marca, porque ya nunca más será suficiente con lanzar spots o alianzas. Creo que va más allá de eso.
Leer, analizar, pensar-leer, analizar y pensar. En este pequeño loop me he comenzado a hacer preguntas sobre lo que realmente quisiera conversar con la gente, con mis jefes, clientes o colaboradores y es sobre el nuevo orden mundial que nos depara, y en el que las comunicaciones dejan de tener la importancia que hoy le doy por razones netamente profesionales se llevan casi el 100% de mi día y que como planner siento que nuestra industria, que aunque tiene mucho valor, no ha sido lo suficientemente estratégica o BOLD como para tener una visión más a largo plazo, buscando o generando una propuesta de valor junto con sus clientes para el futuro.
Pienso que esta disrupción que nos trajo el virus: teletrabajo, adopciones abruptas hacia la “transformación digital”, distanciamiento social, etc., deberá poner en perspectiva cómo los países (sus estados), ciudades, comunidades e industrias se planificarán, adaptarán y propondrán un nuevo formato de relacionamiento apalancado en el Internet of Things, aportando mejoras continuas a la Telemedicina, la Educación a Distancia, o la robotización de la agro industria.
El COVID 19 claramente tendrán un impacto profundo en nosotros como seres humanos, y eso traerá consecuencias en las áreas productivas: laborales, educativas y sociales y ahí es donde la rápida adopción de tecnologías que nos permitan satisfacer las necesidades de todos.
Siento optimismo en que los avances de la medicina y la colaboración de países y científicos alrededor del mundo darán un freno a la propagación del virus pero no estoy muy seguro de la curva de adopción de los países, sobre todo latinoamericanos, a las nuevas reglas del juego.
El nuevo ciudadano ha tenido que adoptar soluciones rápidas para llevar su vida a la “normalidad” y en ello podemos ver crecimientos de muchos mercados en el e-commerce pero así mismo, vemos empresas que por su lenta evolución en plataformas y logística para los tiempos de hoy, se han quedado atrás permitiendo que empresas más jóvenes ganen terreno, esto por dar 1 de muchos ejemplos.
Gobiernos que tendrán que acelerar discusiones sobre leyes laborales, comerciales e impositivas que permitan el desarrollo acelerado y sustentable de nuevas tecnologías que se adapten a este nuevo convivir.
Y así me he pasado estos días reflexionando cómo las grandes superficies de supermercado se adaptarán o cómo tomaremos taxis o transporte público en general o que tan cierto será que los gobiernos impulsarán el uso de la bicicleta aún con más seriedad e inversión o cómo las universidades y colegios revisarán sus sistemas de formación de mentes a formatos más acordes a este nuevo orden.
Soy optimista pero aún no encuentro personalmente un camino que me ayude a promover mejores ideas a mis colaboradores, clientes o colegas para este nuevo orden mundial.
Jorge Luis Lozada Planner Estratégico Grupo B&L
Gerente de Administración y Finanzas
4 añosExcelente reflexión Jorge. Definitivamente no seremos iguales después de todo esto. Viéndolo en positivo habrá un Mundo de oportunidades donde las industrias y el ser humano dibujaran esa nueva normalidad. Un abrazo