NUEVOS CAMINOS EN 2016
Citaba M Von Nef: “Sabemos tanto pero entendemos tan poco”. Las redes reflejan la inconsistencia humana. Dejan entrever simpleza, superficialidad, el falso poder que otorga temporalmente un anonimato. De la abundancia de lo que hay dentro pronuncia sus dichos la boca… o las letras que salen del corazón y se plasman en las redes. Respecto a individuos y cosas. Enseñan que muchísimas veces apuntamos la mugre con el dedo sucio. Dejan ver que preferimos el canibalismo de la oportunidad a la verificación de la veracidad de los hechos. Detrás del avatar o el ‘alter ego’ finalmente se hace lo que mejor se sabe hacer. Malo/incorrecto o bueno/correcto... es así. Uno habla lo que abunda en el corazón. Uno hace y manifiesta lo que es. Desatada violencia bajo cualquier justificación o sin ella, se atenta sin tapujos, ejerce su arrebato sin remordimientos, se comercia sin límite de edad y desde cualquier frente. Desde cualquier ángulo, se ve el irrespeto por la vida humana del prójimo, claro. La propia se presume que se aprecia, pero hay ignorancia de que atentar contra la vida del Otro, es atentar a la propia. No se ve de inmediato, pero vendrá sin duda. El que a hierro mata, a hierro muere. Presumimos saber, pero arrolla la evidencia de que entendemos poco. Saber no es sinónimo de entender ni de ser sabios. De entender actuaríamos diferente. Comer mal nos mata, pero igual comemos mal. Sin ejercicio terminaremos incapacitados pero igual no lo hacemos. Fumar produce cáncer e igual ¡presumimos que fumamos!. Sabemos que beneficia más leer un libro que ver televisión, pero igual no leemos y nos alimentamos de la programación de la TV hasta el hartazgo. Y lo que se nos “vende” en esa programación es lo que le damos de comer al alma, en esos contenidos. Pocos reflexionan qué pasos llevamos en la vida, cómo se llegó a donde está –bien o mal- y qué pasos debe dar para acercarse a donde realmente se quiere estar. Por eso dicen que la más difícil persona que te tocará liderar en la vida, eres tu mismo. Porque además el líder es el que asume responsabilidad de sus actos. No culpa a otros ni a las circunstancias. El fracaso o éxito es propio. A nadie se culpa de la falta de conocimiento ni los desaciertos. Pero es hora de hacerse cargo de la vida propia y su destino. Hora de aprender a tomar las riendas y traer al corazón sabiduría contando nuestros días. La medida de lo que usted sabe, es la medida de su autoridad para poseer: sus triunfos, sus riquezas, sus destinos. Hay que saber. Pero sabiendo y teniendo, puede aún saltar del último piso de su propio edificio a suicidarse mientras está nadando en éxitos, porque tener no produce satisfacción. Eso sólo lo produce entender lo profundo de los misterios de la vida. Hallar caminos que entre todo el bullicio de lo meramente humano, le guíen a “lugares” como lagos perennes de quietud y visión. Aunque sea por momentos, serán suficientes para emprender nuevos caminos y transitar nuevas veredas en el 2016, innovar creativamente a diario y hallar el significado de su vida en un contexto tan amplio, que le dará sabiduría, plenitud y paz. Al entender el origen de las cosas y las razones de la realidad, se dará cuenta que “siempre será mejor encender tu luz, que solo criticar las tinieblas” (M. Fierro). Hay que entender. ¡Y que venga ese 2016!