Nuevos métodos educativos para nuevos tiempos
Padres millennials, la generación más formada de todas. Padres primerizos, padres no primerizos pero igual de novatos. Padres que han visto en sus propias vidas que la educación es muy importante pero que el enfoque recibido en sus carreras de poco les ha servido ante la crisis financiera del 2008 y el cambio que ha ido experimentando el mundo durante estos últimos años. Padres que se han tenido que adaptar, reinventar, sufrir y volver a nacer. Estos jóvenes que tienen entre 28 y 38 ahora son padres y en sus hombros cae la enorme responsabilidad de criar y educar a sus hijos. Estos padres están acostumbrados a tomar decisiones, a buscar información y a escoger, lo han hecho muchas veces antes y han demostrado su valía en las organizaciones pero la cosa cambia tremendamente cuando se trata de tu propio hijo. Yo también, como vosotros, formo parte del grupo de estos padres.
Tenemos claro que lo tradicional no nos sirve porque el mundo ha cambiado por completo.
Entramos en una búsqueda de lo innovador y aparecen estos nombres sexies como Waldorf, Montessori, Reggio Emilia ... entre muchos otros. Metodologías bajo el paraguas de educación alternativa. Las redes sociales están llenos de juguetes de madera, de tela y de luces: la mayoría son sostenibles y alejados de la tecnología y nos parece (así a primera vista), haciendo un scroll de insta que puede ser una buena opción. Preferimos estos que las toneladas de plásticos de las marcas mainstream. Pero cuál es la diferencia entre Waldorf y Reggio Emilia por ejemplo? Cuál es la ventaja de Montessori? Cuál es la desventaja de todas ellas? En qué año y con qué objetivo fueron creados? Quién las financió? Porqué escoger uno y no el otro? Hay algo más? Qué se utiliza en otros países? Cómo es la educación en países tecnológicamente avanzados? Qué métodos se utilizan en otras culturas? Cuál es el método que mejor nos sirve para el cambio de era? Cómo preparar a los peques ante un mundo totalmente digitalizado sin bloquear su creatividad y habilidad de expresión? El listado de las preguntas es interminable …
Las escuelas trabajan a contrarreloj para ayudar a proporcionar a los padres y niños estas respuestas pero una vez más nos topamos con la competición en vez de la cooperación. Los tradicionales dicen que los alternativos son unos hippies a los que no se les puede ‘’monitorizar’’, es decir registrar el progreso y estimular en caso necesario (lo que habitualmente se ha conocido como apretar al niño para que muestre mejores resultados en el cole y se convierta en un gran abogado, médico, ingeniero, etc.) y los alternativos demuestran la obsolescencia de algunos métodos tradicionales. Nos toca a nosotros, sus padres, resolver la ecuación, una vez más por nosotros mismos y sin ayuda de nadie.
Y ... Cuando más o menos, cada uno de nosotros había encontrado sus propias respuestas … llega el 2020 y cambia el panorama por completo!!!
Leemos artículos sobre robotización y utilización de datos pero no nos lo queremos creer. Vemos cómo el mundo se digitaliza ante nuestros ojos pero el miedo al aún mayor cambio nos nos permite pensar en grande. Sabemos que tenemos un problema de recursos pero nadie tiene la respuesta. Las instituciones confían en que todo volverá a la normalidad más pronto que tarde ... Ha! Hope is not a strategy, aprendí hace muchos años.
Sabemos que las metodologías creadas en los años 20 (Rudolf Steiner, Waldorf, 1919, Alemania) y como consecuencia de la segunda guerra mundial (Loris Malaguzzi, Reggio Emilia, 1945, Italia) como mínimo deben de ser revisadas y queremos ofrecer lo mejor a nuestros hijos pero la falta de información, de tiempo y la confianza ciega en las escuelas pueden con nosotros y nunca encontramos esta oportunidad de pensar por nosotros mismos, de buscar nuestros propios recursos, de encontrar aquellas metodologías educativas que realmente permitan a nuestros hijos afrontar este nuevo mundo.
Ante el enorme cambio que se avecina, ante la recesión, la digitalización y el cambio en los sistemas educativos tenemos que volver a lo esencial. Es nuestra responsabilidad dotar a nuestros hijos con solo una cosa que van a necesitar durante los próximos años - la habilidad de pensar.
Pensamiento creativo que con los años se convierta en pensamiento crítico y la capacidad de crear.