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La desaceleración de ventas de Volkswagen en Asia: tradición versus innovación.

El mercado automovilístico global está presenciando una revolución. Los factores macroeconómicos, combinados con el rápido avance tecnológico y la creciente demanda de vehículos eléctricos, han desencadenado una intensa guerra de precios. Y en este escenario, marcas tradicionales como Volkswagen se enfrentan a titanes emergentes como BYD y Tesla.

Históricamente, las grandes marcas se basaban en la lealtad del cliente y la percepción de calidad para mantener precios elevados. Sin embargo, el auge de los fabricantes de automóviles eléctricos, que ofrecen innovación y sostenibilidad, ha desplazado el paradigma. Tesla y BYD, por ejemplo, no solo han presentado vehículos tecnológicamente avanzados sino que también han logrado optimizar los precios, lo que les permite ser competitivos. Este panorama ha forzado a marcas tradicionales a replantearse sus estrategias de precio para mantener su cuota de mercado.

Tomemos el caso de Volkswagen en China: tras una rebaja del 16% en el precio de su modelo ID.3, el vehículo vio un crecimiento en ventas de un 305% mensual, pasando de 18.166 dólares a aproximadamente 15.242 dólares. Si bien este movimiento resultó beneficioso a corto plazo, la sostenibilidad de tales estrategias es cuestionable. En contraste, BYD Dolphin, un vehículo que se vende por unos 14.600 dólares, logró vender en junio 11 veces más unidades que el ID.3.

Esto demuestra que, más allá del precio, hay un cambio en las preferencias del consumidor hacia marcas que representan innovación y sostenibilidad. Volkswagen y otras marcas tradicionales tienen ante sí el desafío de redefinir su propuesta de valor en un mercado cada vez más dominado por los vehículos eléctricos y las tecnologías limpias.

El desgaste de los vehículos eléctricos sorprende a la industria automotriz.

Históricamente, la movilidad eléctrica ha sido una incógnita en cuanto la durabilidad tanto para todos los vehículos, carros, motos, bicicletas y patinetas. A pesar de la creciente popularidad de los vehículos eléctricos, aún persiste una escasa información sobre su desgaste y deterioro a lo largo del tiempo. Sin embargo, es crucial entender que, en comparación con sus homólogos de combustión interna, los vehículos eléctricos son más simples. Esto se traduce en un menor requerimiento de mantenimiento y visitas al taller, lo que podría indicar una mayor vida útil y ahorros representativos.

Ed Fressler, propietario de un Tesla Model 3, ha arrojado una luz sobre este tema. Después de 160.000 km en 4,5 años, su vehículo no solo ha demostrado resistencia, sino que ha mantenido un desempeño impresionante, especialmente en lo que respecta a la batería, componente que suele generar más incertidumbre. Aunque es natural que las baterías experimenten cierta degradación con el uso, el Model 3 de Fressler mantiene el 94% de su capacidad original.

Estas cifras demuestran que, con los cuidados adecuados, los vehículos eléctricos pueden superar las expectativas de durabilidad y resistencia. Para aquellos interesados en profundizar en el testimonio de Fressler, su vídeo en YouTube documenta exhaustivamente el estado de su Model 3, así como sus hábitos y rutinas de mantenimiento.

Conoce más sobre esta historia aquí

Para cerrar, si estás considerando la transición hacia la movilidad eléctrica, aquí te dejamos algunos  tips para maximizar la vida útil de tu vehículo eléctrico:

Conducción Moderada: Evita aceleraciones bruscas y usa el vehículo de manera prudente.

Carga Inteligente: Siempre que sea posible, opta por cargas domésticas o estaciones de carga de nivel 1 y 2 evita cargadores de carga rápida.

Evita climas extremos: Las baterías pueden degradarse más rápidamente con temperaturas extremadamente altas o bajas.

Mantente Actualizado: Los fabricantes suelen lanzar actualizaciones de software que mejoran el rendimiento del vehículo.

Rango de carga: procura por cargar tu vehículo en rangos del 20% al 80%, no es recomendable salir de estos rangos.

El sodio es una realidad en los vehículos eléctricos.

El futuro de la industria automotriz se está escribiendo a base de electrones. Mientras que el litio ha dominado el mercado de las baterías para vehículos eléctricos durante años, una nueva tendencia está emergiendo con fuerza: las baterías de sodio. Las promesas de estas baterías apuntan hacia beneficios significativos en términos de autonomía, reducción de costos y eficiencia en fabricación.

La autonomía es un factor clave para los conductores, y las baterías de sodio prometen mejorar significativamente la distancia que un vehículo puede recorrer con una sola carga. Además, su producción es potencialmente más económica, lo que podría traducirse en una disminución en el precio final del vehículo para el consumidor. Si a esto añadimos que su proceso de fabricación es menos perjudicial para el medio ambiente, estamos frente a una innovación verdaderamente revolucionaria.

El mercado ya está respondiendo a este cambio tecnológico. Por ejemplo, el JAC Yiwei 3 ha incorporado esta nueva tecnología de baterías, apostando por celdas suministradas por HiNa que ofrecen una densidad de 140 Wh/kg, suficiente para lograr una autonomía de 252 km CLTC.

Por su parte, el EX10 no se queda atrás y ha iniciado pruebas en carretera abierta, siendo uno de los pioneros en adoptar baterías de sodio y demostrando que esta tecnología no solo es viable, sino que es el próximo paso en la evolución de la electromovilidad.

BYD, una marca reconocida en el mundo eléctrico, ha tomado cartas en el asunto con el lanzamiento de dos vehículos: el BYD Seagull y el compacto Dolphin. Específicamente, la firma ha anunciado que en el segundo semestre de 2023 iniciará la fabricación a gran escala de sus aclamadas baterías Blade de sodio. Esta decisión respalda la creencia de que el sodio no solo es una tendencia pasajera, sino que ha llegado para quedarse.

Este giro tecnológico es una muestra más de la evolución constante en el mundo automotriz. En pocos meses, lo que parecía un experimento se ha convertido en una realidad palpable en las carreteras. Si algo queda claro es que la industria de vehículos eléctricos no solo busca innovar, sino liderar el camino hacia un futuro más sostenible y eficiente.