OPORTUNIDAD HISTÓRICA..SEREMOS CAPACES DE APROVECHARLA?
Estamos ante la evidencia de que lo imposible es real. Los mecanismos sanitarios y de investigación farmacológicos están en marcha y es sólo cuestión de tiempo ganar esta batalla. Digo batalla y no guerra. El covid 19 será vencido pero sus consecuencias perdurarán durante mucho tiempo y es también obligación de las Administraciones Públicas establecer los mecanismos para que aquello que sea previsible, remediable, o pueda constituir una oportunidad de mejora, sea así.
La libertad de movimiento, bandera de la globalización y de la modernidad, está siendo limitada y se ha revelado como herramienta indispensable para frenar el contagio del covid 19. La Industria turística fundamenta en esa premisa de libertad de movimiento y sensación de seguridad las bases de su funcionamiento, por lo tanto, podemos esperar que economías basadas en ese sector sufrirán un mayor daño y necesitarán de un periodo de recuperación más largo en el tiempo.
La industria turística es compleja y restablecer la confianza será difícil pero somos humanos y olvidamos fácilmente, por lo tanto, se conseguirá.
Será necesario un periodo de tiempo no despreciable y siendo mallorquín, me pregunto ¿Seremos capaces de aprovechar ese tiempo para transformar el modelo turístico que actualmente predomina en las Islas Baleares y convertirlo en aquello que siempre decimos perseguir? Un modelo de calidad y no de cantidad.
Las administraciones públicas están demostrando que la asignación de recursos económicos es sólo cuestión de prioridad, a veces real como sucede ahora, a veces política, como ha sucedido en tantas otras ocasiones. Por otra parte, se ha argumentado de la dificultad de reestructurar un sector como el turístico que está en continuo movimiento, de la complejidad de intentar parar la maquinaria para reiniciarla ordenadamente.
Estoy convencido que se van a dar las condiciones para convertir el caos económico que va a suponer la pérdida casi total de una o más temporadas turísticas en Baleares para poner las bases de un ambicioso plan de regeneración industrial en ese ámbito. Creo que tenemos una oportunidad histórica para intentarlo seriamente.
Pienso, por ejemplo, en la cantidad de personas desocupadas y en el enorme esfuerzo económico que haremos todos a través de los presupuestos públicos para garantizarles unos ingresos mínimos y digo ¿Por qué no elaborar un ambicioso plan de formación profesional que con el apoyo de las instituciones académicas, permita tanto elevar el nivel profesional de aquellos que pretendan seguir en un futuro en el ámbito turístico como el de aquellos que consideren la posibilidad de incorporarte a otros mercados laborales? Entiendo que no debe tratarse sólo de una oferta formativa, entiendo que debe tratarse de una obligación formativa para aquellos que teniendo previsto poder trabajar, ahora no lo podrán hacer. Incluso a nivel psicológico, es más beneficioso para el perceptor de una ayuda, el verse implicado en un proceso de reciclaje profesional que no simplemente convertirse pasivamente en un demandante de empleo. Seamos positivamente ambiciosos y hagamos que nuestras instituciones políticas, académicas y empresariales se reúnan y elaboren un plan de reconversión turística integral que tenga en cuenta los nuevos mercados turísticos, los nuevos campos de desarrollo tecnológico, que tenga en cuenta la limitación de nuestro territorio y la inevitable competencia de otras regiones que cuentan con espacio ilimitado.
Estoy pensando en la gran cantidad de actividades turísticas que tienen su rentabilidad basada casi exclusivamente en el volumen o en el visitante, digamos que, con un poder adquisitivo inferior a la media de la sociedad balear ¿No sería quizás el momento que desde las administraciones competentes se propusieran planes de reconversión y adaptación, que permitiera eliminar centenares de estructuras obsoletas?
No pretendo dar ninguna solución a nada, sólo pretendo estimular la capacidad imaginativa tanto de nuestros empresarios como de nuestros políticos y responsables académicos para hacerles ver que quizás desde una situación tan complicada como la actual se puede iniciar un camino nuevo. Las guerras destruyen ciudades que después se reconstruyen más eficientes, más verdes, más humanas. Hagamos lo mismo ahora, empecemos a pensar en cómo podemos reconstruir, que no sea simplemente tomarlo donde lo hemos dejado. No admito que la llegada de una cura o una vacuna haga que simplemente intentemos poner en marcha lo que desde siempre nos habían dicho que era imparable.
No puede ser que todo lo que estamos viviendo y que el número indecente de muertos no sirva para algo que realmente marque un punto de inflexión.
Los profesionales sanitarios están dando la vida para salvar la nuestra. Pongámonos el resto a trabajar para que esa vida sea mucho mejor.