OPTIMIZANDO LA SALUD MATERNA
El rol del ejercicio físico en el embarazo
El embarazo es un periodo único en la vida de una mujer. Se caracteriza por numerosos cambios físicos y emocionales que van a ir sucediendo a lo largo de los 9 meses de gestación.
Alrededor de esta etapa existen muchos mitos e información errónea sobre lo que es saludable y lo que no. Hoy vamos a romper uno de ello: “En el embarazo es mejor no hacer ejercicio físico”.
Contrario a creencias antiguas, el ejercicio físico durante el embarazo se considera seguro y beneficioso, siempre y cuando se dé en un embarazo sano, se realice adaptado a la mamá y supervisado por un profesional especializado.
Realizar actividad física durante el embarazo puede mejorar la salud general de la madre y contribuir al bienestar del bebé. Uno de los beneficios más destacados es el control del aumento de peso. Mantener un peso saludable durante el embarazo puede reducir el riesgo de complicaciones, como la diabetes gestacional y la hipertensión.
Además, el ejercicio fortalece los músculos, mejora la resistencia cardiovascular y facilita una mejor postura. Estos son aspectos fundamentales para sobrellevar los cambios en la forma del cuerpo y prevenir dolores y molestias comunes durante el embarazo. Las mujeres que practican ejercicio regularmente también tienden a tener un parto menos instrumentalizado, menor número de cesáreas y una recuperación posparto más rápida.
Pero los beneficios no se limitan a la madre; el feto también experimenta impactos positivos como la mejora de la salud cardiovascular del bebé y reducir el riesgo de obesidad infantil.
Es crucial destacar que no todos los ejercicios son seguros durante el embarazo, y cada mujer es única. Debemos conocer cuales son los objetivos de la mamá, cómo ha sido su experiencia previa con el ejercicio o cuál es su condición física actual.
A partir de aquí, quiero compartir contigo tres recomendaciones a la hora de planificar el ejercicio:
En resumen, el ejercicio físico durante el embarazo ofrece beneficios tanto para la mamá como para el bebé. Contribuye a una gestación más saludable, controla el aumento de peso, mejora la resistencia y facilita el proceso de parto.
No obstante, la clave radica en la individualización y la consulta con un profesional de la salud para garantizar que la actividad física sea segura y adaptada a las necesidades de cada mamá.