Ornamento y Delito : Rosalía
Una de las grandes visionarias de las uñas llenas de ornamentación es Rosalía, cantante española e icono estrafalario cuya estética erróneamente es comparada e incluso denominada como Art Nouveau, un estilo muy exagerado bastante propio del modernismo, y que al igual que sus uñas, se caracteriza por el decorado innecesario.
En el año 1908 Adolf Loos, arquitecto cuyos aportes fueron relevantes en el mundo del diseño, publicó el manifestó Ornamento y Delito como respuesta y critica al Art Nouveau.
Pues bien, la epidemia ornamental está reconocida estatalmente y se subvenciona con dinero del Estado. Yo, sin embargo, veo en ello un retroceso. No puedo admitir la objeción de que el ornamento aumenta la alegría de vivir de un hombre culto…, Para mí y para todos los hombres cultos el ornamento no nos aumenta la alegría de vivir.
Adolf Loos obviamente estaba abrumado de la ornamentación innecesaria y bajo un análisis de su ensayo llegas a la conclusión que realmente estaba en contra de la deshonestidad, de materiales inexistentes; es decir, dorados que no eran oro, o pinceladas para reemplazar el mármol; y si consideramos la estética de las uñas de Rosalía difícilmente se aseguraría que se aplicaría dicho manifiesto. Y a pesar de que efectivamente son accesorios innecesarios, su complejidad artística y la evolución conceptual superan la denominación de Art Nouveau y cumple con la siguiente cita.
El hombre moderno utiliza los ornamentos de civilizaciones anteriores y extrañas a su antojo. Su propia invención la concentra en otras cosas.
Y gracias a esto podemos ubicar una característica fundamental para entender este estilo que surgió a inicios del modernismo, ya que la falta de creación, evolución y la cotidianidad hicieron de este una barrera en el desarrollo artístico. Estaríamos confirmando que no importa lo ornamentadas que puedan estar sus uñas, siempre y cuando su invención se concentre en su música.
Pero existen los malos espíritus incapaces de tolerarlo. A su juicio, la humanidad debería seguir en la esclavitud del ornamento.
Y es sorprendente como a inicios de pleno siglo XX él era consciente de este juicio humano de estética, algo que hasta hoy en día muchos artistas se encuentran en dicha encrucijada, y por más errónea que parezca no existe ni buena, ni mala.
Por último, más allá de la compleja creación de sus uñas, el ornamento innecesario utilizado tiene mucha referencia del modernismo, pero considerando que hacer uso de la medicina hasta esta intervención estética es un movimiento propio de la serendipia, podríamos deducir que es autentica de la edad contemporánea.
