¿Pagar la deuda externa es inmoral?
“De lo que entiendo, Martínez tenía la opción de pagar a maestros y demás, o pagar la deuda y recuperar las garantías”, me escribió un amigo, estudiante de doctorado que vive en Bélgica, buscando mi opinión acerca de los manejos de la deuda externa del Estado ecuatoriano. Al seguir en el chat se confirmaron mis sospechas: mi amigo que vive en el país europeo pensaba que, de cierta manera, cumplir con los pagos de deuda al exterior era inmoral, dada la situación compleja en la que se encuentra el país. Muchos piensan como él, tanto políticos, periodistas y analistas económicos de distintas tendencias.
La operación de pago de deuda que le preocupaba a mi amigo era el pago de los repos con bonos de deuda externa que habían llevado a cabo con la banca internacional, entre ellos el renombrado Goldman Sachs. El concepto de la operación es bastante simple: Ecuador, aprovechando condiciones favorables en su momento, había pedido dinero prestado y había dejado como garantía bonos de deuda externa y parte del oro de las reservas.
Como en cualquier crédito, en caso de no haber capacidad de pago, las garantías serían ejecutadas. Es decir, se aumentaría aún más la deuda del país, lo cual es agravado por el hecho de que los bonos en garantía perdieron gran cantidad de valor de mercado. Entonces, para evitar un aumento importante del endeudamiento y tener que compensar la pérdida de valor de las garantías, se optó por cortar por lo sano, que era pagar ese crédito y ahorrarse problemas mayores en ese frente. Pagaron US$ 1000 millones para evitar que la deuda se dispare US$ 2500 millones más y ahorrarse tener compensar US$ 760 millones por las garantías.
Explicación que nos llevó al tema de los pagos de deuda externa que se han llevado a cabo desde marzo. Para explicarme mejor, intenté hacer una analogía con la economía familiar. La situación es como la de un padre o una madre, que ya tenían deudas con su tarjeta de crédito y que por la pandemia ven mermados sus ingresos de manera considerable. Para pasar este bache y cubrir los gastos básicos, necesitan seguir usando su tarjeta de crédito. Pero de pronto a uno de los hijos, que es “analista”, se le ocurre la idea de declarar inmoral los pagos que se deben hacer a la tarjeta, por lo que este hijo recomienda que lo mejor es no hacerlos.
Imagínense que los padres vayan a la empresa proveedora de crédito y le hablen de la gran idea de su hijo. Los de la tarjeta le dirán: “Lindas convicciones las de sus hijos, pero cuando le presté el dinero, usted no pensó que era inmoral recibirlo.” Entonces, al no pagar por lo menos una parte, la familia estaría renunciando a la única fuente de financiamiento para pasar la pandemia. ¿Y el siguiente mes, en época de ingresos inciertos, cómo subsistirán?
Mi amigo me respondió: “¿O sea que no pagar es pan para hoy y hambre para mañana?” No pudo haberlo dicho mejor.
Es verdad que la situación económica es compleja y que Ecuador no está en condiciones de cumplir con sus obligaciones, pero es mucho peor pelearse con los mercados internacionales. Es mejor pagar una parte, lo que se pueda, renegociar el endeudamiento en los mercados y esperar financiamiento del FMI y otros multilaterales. Para los organismos multilaterales es una cosa muy diferente ayudar a un país en proceso de renegociación con sus acreedores, que muestra sinceramente que no está en capacidad de poder cumplir pero que busca dialogar, que con un país que entra en default porque le da la gana. Además, Ecuador es un país dolarizado y si no hay exportaciones, ¿cómo se hace para traer dólares, si no es a través de deuda? Si estamos fuera del sistema crédito internacional, ¿cómo hacemos para comer el siguiente mes?
Aunque, pensándolo bien, sí existe una gran inmoralidad detrás de todo esto, le dije a mi amigo. Un país serio cumple con sus deudas y con sus maestros, no debería de haber ningún conflicto. El problema radica en el hecho cierto que nuestro país, desde el 2014 hasta la actualidad, ha hecho esfuerzos para traer recursos del exterior con costos altos y en condiciones difíciles, para gastarlo en empresas públicas quebradas, compra de farmacéuticos con sobreprecios, asambleístas mafiosos y en mantener argollas burocráticas. Y nuestro sistema político no es capaz de señalar responsables en estos malos manejos, tanto financieros como administrativos. Esta es la verdadera inmoralidad detrás de todo. Una tragedia nacional, concluimos.
Ingeniera Comercial, Contadora Pública, Especialista en Auditoría Forense, Prespuestos, Perito Contable CJ, Capacitadora MDT Análisis financiero - Cordinadora de Eventos.
4 añosExcelente artículo.
✔Consultor financiero ✔Proyectos de inversión ✔Valoración de empresas ✔Planificación Financiera
4 añosGonzalo buen artículo, básicamente nos endeudamos para mantener la corrupción.