Pandemia: La oportunidad del cambio?

Justo antes de comenzar un breve post sobre las oportunidades detrás de la amenaza, me comuniqué con una gran amiga de la vida que vive en España.

Ella me comentó de los pormenores de la vida en cuarentena, del teletrabajo, los chicos con clases virtuales, la angustia general, los aplausos a las personas que trabajan en salud... pero lo que más resaltó fue el "volver a convivir"... Estar con los otros desde un lugar de consciencia, respeto y cuidado, de desempolvar los juegos de mesa, tener charlas durante horas, y de adentrarse en la incomodidad de la cercanía a la que hacía alusión Zygmunt Bauman y su Modernidad Líquida.

Lamento profundamente que algunos deban transitar la pérdida y dolor, solo espero que el precio final de pasar por esto sea el menor posible y que la mayor ganancia resulte en volver a poner en primer lugar los vínculos en la vida cotidiana, la solidaridad responsable, la mirada retrospectiva, introspectiva y consciente, la esperanza compartida y un mundo mejor para los que seguimos y los que vendrán.

Desde lo organizacional, también se presenta el desafío de impulsar lo más sano de la situación, en este contexto, "el apremio es buen amigo de la voluntad" y como ya mencionaba J.P. Kotter, parece que no hay nada más eficiente que la sensación de urgencia para mostrarnos más predispuestos.

En este punto, el contexto nos empuja hacia entornos más seguros y sostenibles de gestión en momentos donde desde hace un tiempo la digitalización ya aporta formatos y herramientas pero los usuarios nos mostramos reacios a tomar.

Esta es una excelente oportunidad de establecer por "fuerza mayor" un nuevo mindset hacia la virtualidad desde la necesidad de aprender y poner en juego nuevas habilidades para que todos los segmentos hagan visible de manera innovadora el agregado de valor que cada quien pone al servicio de la organización, es tiempo de instaurar nuevos rituales e instalar los cambios necesarios, sin temor y con firmeza, comunicando claramente la conveniencia contextual que justifique en la balanza del esfuerzo pasar por la incomodidad de dejar lo que fue funcional hasta este punto.

Las herramientas ya están disponibles y desde la neurociencia, sabemos que para el cerebro realidad y ficción activan las mismas zonas y sus emociones asociadas, es necesario entonces ser los mejores usuarios que podamos, explotando las habilidades de comunicación, utilizando dispositivos y dinámicas que funcionen sosteniendo la atención, escucha y constancia para generar niveles de cercanía muy similares a lo presencial.

Es momento de aprovechar el escenario y abrirse a la innovación, sabiendo que somos parte de un momento histórico y transformacional que nos llevará a un nuevo nivel en nuestra condición humana.