Para 97% de los profesionales colombianos, la oficina ya no es un lugar de trabajo.
Antes vistas simplemente como el lugar físico para realizar actividades laborales, después de los cambios provocados por la pandemia de COVID-19, las oficinas adquirieron una nueva connotación para los trabajadores colombianos. Así lo muestra la encuesta "Más allá de la revolución híbrida: La paradoja del trabajo flexible en Latinoamérica" realizada por WeWork en alianza con Page Outsourcing.
En marzo de 2020, con el inicio de las medidas de confinamiento, el 86% de los colombianos pasó a trabajar de forma totalmente remota. El cambio dificultó la integración y el intercambio entre personas de un mismo equipo y de distintas áreas de la empresa, aspecto que se encuentra entre los que más extrañan los trabajadores en el modelo de trabajo presencial.
Así, casi tres años después del inicio de la pandemia, las oficinas han dejado de ser sólo espacios de trabajo y se han convertido en espacios de integración. El 97% de los latinoamericanos hoy relacionan la oficina como un espacio de interacción, conexión, convivencia e intercambio de ideas, fomentando la construcción de relaciones estratégicas y amistad entre equipos y áreas de la empresa. Siguiendo esta tendencia, el 81% de los trabajadores en América Latina valoran los espacios comunes y sociales en las oficinas donde se encuentran sus equipos.
Este escenario puede resultar desafiante para las empresas. Apostar por un modelo de oficina tradicional para ofrecer un entorno de intercambio e interacción entre las personas, además de ser costoso y burocrático, puede resultar económicamente ineficiente en un escenario de trabajo en el que no todos los empleados necesitan ir personalmente a la oficina todos los días. los días.
Para facilitar la adopción del modelo híbrido de forma económicamente eficiente para las empresas y con el fin de garantizar a los colaboradores todos los beneficios de este modelo de trabajo, WeWork también reinventó sus soluciones corporativas.
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Tener un contrato de membresía en oficinas privadas, pisos corporativos o edificios completos ya no son las únicas opciones disponibles. El “bono de oficina” se convierte en un recurso valioso en la canasta de beneficios que las un beneficio que configura la flexibilidad que demanda la fuerza laboral actual superada la pandemia.
El beneficio consiste en tarjetas que dan acceso a cualquiera de las más de 770 ubicaciones de WeWork en todo el mundo, distribuidas entre los empleados para que las usen solo cuando lo deseen. Para la empresa que brinda el beneficio, el pago es pago por uso, es decir, solo ocurre cuando el empleado utiliza los espacios de WeWork.
Además de los clásicos puestos de trabajo, infraestructura y seguridad, las tarjetas dan acceso a zonas comunes que favorecen la integración y colaboración entre empleados, salas para tareas específicas, como trabajo focalizado, lluvia de ideas en equipo, presentaciones a clientes, formación de empleados, reuniones, eventos, entre otros.
La compañía que opte por ofrecer este beneficio tiene la oportunidad de acceder a datos e informes detallados sobre el uso de tarjetas por parte de los colaboradores, lo que ayuda a comprender sus necesidades y tomar decisiones financieras estratégicas. Estos incluyen, por ejemplo, sobre la decisión de devolver su antigua oficina y mantener solo el beneficio de oficina para empleados o, en otros casos, establecer un espacio privado en el edificio más utilizado por sus empleados e incluso establecer operaciones adicionales en el país o, incluso, en el extranjero.
Además de la flexibilidad, la nueva era del trabajo también plantea cuestiones como la salud mental, la productividad y las estrategias de contratación y retención del talento. Descarga el informe completo de la investigación y mantente al tanto de las tendencias y oportunidades que genera este contexto.