Para mi madre y mis hijas
A mi madre solo puedo darle las gracias y decirle que finalmente la entiendo. Que probablemente nunca podré agradecerle lo suficiente el sacrificio que tuvo que hacer para que sus hijos estudiaran y mas siendo viuda muy joven. No puedo ni imaginar que debía ser pedir permiso para abrir una cuenta bancaria o no poder comprarse un piso sin permiso de mi padre, al que adorábamos.
Pero lo que hace que me quite el sombrero es la fuerza y el coraje de llegar a casa después de trabajar 10 horas y hacer la cena, recoger y escucharnos, probablemente cuando lo único que le apetecía era dejarse morir en el sofá. Yo apenas puedo con mi alma a las 10 de la noche.
Mil gracias por haber hecho de nosotras dos, sus hijas, dos todoterrenos capaces de salir airosas de cualquier situación para que tuviéramos un futuro mejor que su presente del pasado, sacrificado y agotador, tanto físico como mental. Pero mami, nos diste las herramientas y el valor, pero no nos contaste lo duro que iba a ser. Somos una generación que hemos retrasado tanto la maternidad para cumplir con las exigencias masculinas que casi se nos han juntado los partos con la menopausia. El peso de la responsabilidad, el esfuerzo de los hijos mientras intentas ser tu misma, el esfuerzo de una generación que creímos que a mismas capacidades tendríamos mismas oportunidades.
Y no ha sido así. A nosotras nos educasteis para ser espartanas guerreras pero a ellos no les enseñasteis a adaptarse. Por eso muchos hombres tienen tan interiorizados ciertos comportamientos que ni siquiera son conscientes de ello y que, al fin y al cabo lo único que necesitamos son compañeros en igualdad de condiciones. Ellos creen que exageramos. Pero es una visión desde el trono. Por supuesto han cambiado muchas cosas, por supuesto el hoy no tiene nada que ver con el ayer que vivieron nuestras madres. Pero el error que comenten muchos, que piensan que nos quejamos por todo, es que ciertas actitudes están tan arraigadas en nuestra cultura que se va a tardar décadas en que desaparezcan porque no sois conscientes de que están ahí.
Por eso también le escribo a mis dos hijas: sed vosotras mismas con todas las consecuencias. Disfrutad de los 20, los 30, los 40 y todas las décadas que podáis. Todas son excepcionales a pesar de que os quieran hacer pensar que cada década que sumas vales menos. No perpetuéis el modelo de vuestra madre. Mejoradlo. Da igual lo que nadie espere de vosotros. Da igual lo que la sociedad piense que deberíais hacer. No dejéis de querer ni de llorar, pero no os dobleguéis ante los que no quieren que cuestionéis su estatus quo. Haced lo que queráis, tened hijos, o no, vivid en pareja o no, vestid con ropa de mujer o no. No carguéis con el peso de todo: es agotador. Buscad un compañer@ vital que esté al 50% y que os deje ser. No sois propiedad de nadie a pesar de lo que dicen las canciones. Sed profesionales con vuestro propio estilo y en lo que os dé la gana. Evitad a los seres arrogantes y prepotentes, sean del sexo que sean. Pero, sobre todo, espero que no tengáis que reivindicar el día de la mujer. Porque mientras tengamos un día especial es porque hay algo que no funciona bien.
Os quiero a las cuatro (a tí también Carol por ser una roca)
Como estratega B2B acompaño a líderes empresariales a conseguir foco y claridad en la toma de decisiones estratégicas para conseguir sus objetivos, aprovechar las oportunidades y asegurar el futuro de su empresa.
3 años👏👏👏👏
Directora de ventas y marketing
3 añosProbablemente nos sentimos todas uno poco así. Tu lo has expresado fenomenal 👏
Coordinadora editorial
3 añosMe gusta mucho, rubia, y lo comparto casi todo. No barco...corcho, you Know! Qué lindísima palabra, compañer@, con quien disfrutar de las cosas de la vida. Yo no pido más 😍
Freelance Communications & Brand Building Strategist l Business Consultant
3 añosThanks Nuria, some painful points here! Nicely written, your daughters will be so proud!
Directora de ventas y marketing
3 añosBravo Nuria!!