¿Para quién trabajas?

Este artículo está dirigido a USTED! LÍDER, GERENTE O EMPLEADO: DESPIERTE!

En múltiples ocasiones durante mis talleres y conferencias en empresas, he tenido la oportunidad de efectuar esta pregunta: ¿Para quién trabajas? El 100% de los asistentes recitan como acto de fe, el nombre de la empresa donde laboran. Sin duda alguna esto es cierto… en parte. Sin embargo, invito al lector a que profundice en este cuestionamiento y quizás lo que descubra pueda asombrarle.

Se trata de ampliar el concepto, de darle una dimensión diferente, más esclarecedora, que pueda cambiar la percepción de sí mismo como líder o empleado. ¿Para quién trabajo realmente? De seguro el lector luego de darle algunas vueltas al tema, puede concluir: “Ya sé… ¡para mi familia!”, otros dirán: “para mis acreedores”, otros más solidarios dirán: “para la sociedad”.

Estas son motivaciones ciertas y muy valiosas, pero ese no es el punto.

La verdad es muy simple. Lea la primera línea de su Curriculum Vitae. ¿Ya la leyó? Asómbrese. ¡Sí! Ahí está la respuesta. Aunque suene ilógico, usted trabaja para sí mismo y es la empresa con la que tiene contrato, su principal cliente. Puede sonar algo extraña esta afirmación; no obstante, contiene un gran valor y sitúa al “empleado” en una postura diferente con relación a su realidad, al valor que le otorga a su tiempo de vida invertido en la práctica de su profesión, a la calidad con la que se desenvuelve y al establecimiento de prioridades y objetivos.¿Se da cuenta que a partir de esta afirmación su perspectiva cambia? ¡Yo soy una empresa unipersonal! ¡SOY INDEPENDIENTE! ¿Por cuántos años lo he deseado? Vea pues, los sueños sí se hacen realidad.Con esta nueva actitud de independencia ¿qué hacer?, ¿realmente soy productivo?, ¿aprovecho mi portafolio de talentos al 100%?

Definitivamente, estamos frente a dos caminos:

El primero, ampliamente conocido es: dejar las cosas como están, lo que conocemos como el famoso “deje así”. Sigamos desempeñando la labor diaria programada por alguien más y no pensemos, que no pasa nada. Y con “nada” me refiero a ¡nada! Quizás de vez en cuando, deba realizar sólo unos ajustes de acuerdo a indicaciones del superior o por sugerencia del área de Talento Humano, según el último análisis de competencias.

Pobres aquellos desafortunados en donde su organización no desarrolle juiciosamente este tipo de prácticas porque realmente la “nada” será su pan nuestro; seguirán por inercia y esperarán “tranquilamente” la pensión. En este momento de la lectura quisiera que reflexione sobre un punto importante: ¿Qué ocurre afuera en el mundo mientras usted quizás vive en la “nada”? Permítame ilustrarle un poco.

De acuerdo con las cifras del Observatorio Laboral, “actualmente en Colombia existen 2.642.709 graduados de la educación superior entre los años 2001 y 2013 ” y la cifra se duplica en cuanto al decenio anterior. Usted pensará, ‘‘bueno no son tantos’’, ‘‘no serían competencia para mí…’’ No obstante, mientras usted tapa el sol con un dedo, el tema es que la mayoría están en las ciudades principales. Estos jóvenes recién graduados, muy seguramente algunos pertenecientes a los denominados “Millenials o Generación del Milenio”, se reciben a una edad mucho más temprana comparándola con la edad en que usted se graduó, tienen una facilidad asombrosa para el uso de los sistemas y las redes sociales, desean formarse no sólo en Colombia, sino viajan a buscar especializaciones en el exterior y vuelven a la madre patria, aún siendo jóvenes, dominando dos o tres idiomas y con deseos de trabajar en lo que sea. ¿Ya se va poniendo nervioso mi gentil lector? Pero tranquilo, “no pasa nada”, no todos son de esa edad y no todos se fueron del país, algunos más maduros, se quedaron e hicieron su especialización o especializaciones.

Menciono como dato que podría interesarle que dentro del mismo periodo comentado anteriormente, 60.048 profesionales obtuvieron su especialización, 8.822 maestría y 310 doctorado (estos dos últimos los mejores pagos).Si tomamos en consideración el impulso que han brindado las TIC, el internet y la globalización, encontramos que a cargos, como el de mi estimado lector, aspiran no solamente nuestros profesionales nacionales, sino 18.000 profesionales de otros países por año.Puede sonar extremo, sin embargo los datos están ahí. Mientras que hay personas que siguen “dormitando” en la “nada”, hay otros que quieren lo que usted tiene: ¡su cliente!

El segundo camino, lo he llamado ‘‘El Despertar” y me refiero a ese grupo de personas escaso, que se ven a sí mismos como individuos en una colectividad, no se dejan absorber por ella, sino que al contrario brillan dentro de las instituciones con luz propia. Aquellos “despiertos”, gerentes de sí mismos, gestionan sus talentos, le dan valor agregado a su servicio, poseen una autoestima sana y se conocen a sí mismos. Son aquellos que tienen bien definida su propia misión, su propósito de vida y que se dan cuenta que son parte importante de un todo, asumiendo con responsabilidad su actuar cotidiano. Los “despiertos” trabajan con la mente abierta a las múltiples posibilidades de su negocio, porque ven su profesión u oficio, como su propio negocio, desarrollando una alineación fluida entre sus objetivos personales y los objetivos corporativos. Son el “factor humano correcto” en las organizaciones, aquellos que el cliente no quiere dejar ir y los head hunters buscan incansablemente. Estos “diamantes” le dan valor agregado y diferencial a su servicio, se consideran escasos y son los mejores pagos.

Cada persona es un diamante potencial, en otras palabras un trozo de carbón. Y quizás este sea el momento de actualizar la potencia y sí, ¿por qué no?, enfrentarse a las presiones para ser considerado finalmente: una empresa unipersonal de 40 quilates.

Encuentro muy útil para aquellos que desean “despertar” el proceso de los Hechos, los Significados y los Valores. Una escala ascendente de evolución y mejoramiento, utilizada desde la antigüedad, pero que a luces de nuestra vida moderna sigue tan vigente como siempre.

• Primer paso: Fíjese en sus HECHOS, sus acciones reales, cotidianas. Si usted deja de pensar como lo viene haciendo, muy probablemente acostumbrado a lo mismo, o sea, a la “nada” como empleado y empieza a tomar comando de su proceder, como gerente de su propia empresa unipersonal, se dará cuenta que su proceder y su perspectiva se amplían, más allá de las dimensiones de su cubículo. Cualquier buen gerente, posee una visión macro sobre opciones y su relación con su cliente. Con Hechos, debemos ACTUAR llenos de consciencia y orientados; reflejar quiénes somos como individuos, nuestra calidad y exigencia personal en el trabajo (servicio a nuestro principal cliente) y el uso que le otorgamos al tiempo en relación con el cliente. Cada acto que acometemos a diario, lleva nuestra firma, nuestro sello personal, nuestra palabra y prestigio están involucrados. Estar consciente en los detalles nos permitirá como empresarios independientes, desarrollar nuestra auto-gestión. A este respecto se incluyen desde nuestra presentación personal, hasta la forma en que desarrollamos un proyecto, exponemos una idea y cómo nos relacionamos con nuestro público (jefes, compañeros, etc.). El empresario deja en cada hecho, su sello personal.

• Segundo paso: Los SIGNIFICADOS. En este paso hago alusión al feed-back de la misma vida. ¿Qué valor tienen mis actos (paso anterior)? ¿Qué me aportan? ¿Cuál es el aprendizaje o ganancia de las experiencias del pasado? No hay mejor escuela que la misma vida, pero ojo que muchas veces nos vemos enfrascados en las mismas circunstancias, con diferentes actores, viviendo el “Déjà vu” y tropezando con la misma piedra. Lo primordial es estar despierto y aprender de la experiencia pasada para realizar los cambios en el presente. Recuerde que la procrastinación no le deja crecer y mucho menos ver los significados que se desprenden de sus actos, recuerde también que su cliente desea crecer con su ayuda y no sea que usted sea “la piedra”, el obstáculo. Observe que si es necesario volver al primer paso, hágalo. Llénese de actos de superación, porque es una inversión en su portafolio personal y vea que impacto tienen estas modificaciones y lo que significan para usted.

• Tercer paso: Los VALORES. Tenemos varios significados para esta expresión, el primero: monetario. Por ejemplo, el cliente realiza una inversión en usted, lo contrató por un servicio y a cambio usted recibe una remuneración. El segundo, hago alusión a la incidencia que tiene su desempeño en todo un sistema, en la colectividad. ¿Le otorga el verdadero peso, el verdadero valor a su actuar diario? ¿Sabe que su proceder es tan importante que le puede estar cambiando el curso de la vida a una o varias personas? Y eso sólo con oprimir un botón. No obstante, el tercer significado es el más importante y resume el aprendizaje de los otros pasos anteriores. Se puede resumir en esta ecuación:

Hechos + Significados = Valores

Si somos conscientes de cómo actuamos (Hechos) y realizamos una interpretación adecuada sobre esa acción permitiendo el aprendizaje (Significados); usted acuña en su psiquis una impronta acerca de cómo proceder en todo momento, sin importar la circunstancia, se rige por parámetros de tipo ético y moral (Valores) que perduran en el tiempo.

Los Valores, son el resultado más excelso de todo este proceso de “Despertar” y es su “código personal”, su carta de navegación. Los Valores son HOY uno de los atributos más buscados por las organizaciones y los caza talentos.

Sin valores no hay títulos o formación que valga, éstos deben estar incorporados en su SER. Es una realidad que se buscan profesionales, ¡empresas unipersonales integrales!

Con el ejemplo, el gerente de su propia empresa, se convierte en referente de su cliente en cuanto a los Hechos, Significados y Valores. Aplique esta escala de evolución a su servicio y se dará cuenta del poderoso impacto que tiene su cambio, en el clima y cultura de su cliente.

¡Promueva su hoja de vida y su posicionamiento en el mercado!

Cotícese y sepa venderse con transparencia, no requiere máscaras, esto puede hacerle feliz. Proceda en conciencia y nunca, pero nunca más viva dormido en la “nada”.

Un abrazo,

Alexandra Henríquez

Trainer Empresarial

Gerente –Fundación Ariel