Paradoja Estratégica: “El Mapa No es el Terreno”
La paradoja estratégica “el mapa no es el terreno” se refiere a la discrepancia entre la planificación estratégica (el “mapa”) y la implementación real (el “terreno”). Aunque diseñamos estrategias detalladas, la ejecución puede enfrentar obstáculos inesperados y desviarse del plan original.
Permíteme profundizar en este tema y ofrecerte consejos para abordarlo con éxito en tu organización. Estos son los siguientes:
Flexibilidad y Adaptabilidad: Reconoce que los planes pueden cambiar. Mantén una mente abierta y ajusta la estrategia según las circunstancias. Fomenta una cultura organizacional que valore la adaptabilidad y la agilidad.
Monitoreo Constante: Supervisa el progreso y compara los resultados con el plan. ¿Dónde hay desviaciones? ¿Por qué? Utiliza indicadores clave de desempeño (KPIs) para evaluar el éxito real. Si es preciso, puedes validar las mediciones o hacer pruebas de campo, antes de tomar decisiones.
Comunicación Clara: Comparte el mapa estratégico con todos los miembros de la organización. Asegúrate de que todos comprendan la visión y los objetivos. Facilita la comunicación bidireccional para detectar problemas temprano. No sólo “el mapa no es el terreno”, puede haber un mapa diferente en cada uno de tus colaboradores. Por lo tanto, cualquier esfuerzo en explicar y difundir la estrategia de la empresa ayuda a mantener el foco, ajustar los comportamientos y a visualizar mejor el camino principal o los alternos.
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Aprendizaje Continuo: Aprende de las desviaciones. ¿Qué funcionó y qué no? ¿Cómo podemos mejorar? Fomenta la mentalidad de aprendizaje en toda la organización. Los regaños porque la estrategia no funciona, no generan una solución o cambio. Es preciso, aprender y aprender rápido para tomar acción de aquellas situaciones que han ido mal y también de las que han ido bien.
Reajuste Estratégico: Si el terreno cambia significativamente, considera ajustar el mapa. No te aferres a un plan obsoleto. Evalúa si los objetivos siguen siendo relevantes y realistas. Cuando la realidad nos grita que hay que cambiar de mapa, es un error enorme mantenerse en ese rumbo por soberbia o por miedo al cambio, ya que el costo puede ser enorme.
En resumen, considerar esta paradoja “el mapa no es el terreno”, en la implementación de nuestro plan estratégico, implica ser flexible, aprender constantemente y ajustar el mapa según la realidad del terreno.
Espero sean de utilidad estos consejos. Si necesitas más detalles o tienes alguna otra solicitud, no dudes en contactarme.
El terreno de forma preventiva en terminos de riesgo de los procesos son la ejecución de las simulaciones que pide el estandar de calidad, que opinas Ingeniero.