"Pendularidad de los cíclos económicos en Argentina"

Volviendo a las relaciones entre los sistemas empresariales de Argentina e Italia, ese “casi igual” que se antepone a muchas afirmaciones genera una sensación de “comodidad y cercanía” que nos hace “bajar la guardia” al momento de comenzar una relación de negocios, y que nos termine confirmar “fehacientemente” nuestro deseo-sensación de que “¡entendí  todo!”, en vez de disparar la alerta sobre los posibles efectos indeseados de entender “a medias”.

Es por ello que hemos decido aportar algunos consejos prácticos identificando ciertos patrones sobre las relaciones empresariales entre empresarios argentinos e italianos, y para ello, agradezco la capacidad de análisis y la experiencia del Abogado Alberto Lisdero, quien ha colaborado en la redacción de este breve “Decálogo de los falsos amigos en las relaciones empresariales entre argentinos e italianos”:

1.      La “pendularidad” de los ciclos político-económico de Argentina genera resquemores al momento de comenzar una relación empresarial y de inversión:

La historia de Italia desde la post-guerra ha sido caracterizada por un proceso de progresiva obtención de un importante bienestar y estabilidad en si sistema socio-económico, por lo que, la “inestabilidad crónica y cíclica” de la región y de Argentina, es una de las variables más problemáticas para desarrollar relaciones empresariales.

Piensen solo que, la mayoría de los italianos tienen un préstamo hipotecario a 30 años mientras que aquí con “largo plazo” entendemos 5 años.

El empresario italiano no está acostumbrado a la “aleatoriedad de las reglas” que es el patrón subyacente a cualquier emprendimiento argentino, y que, tanto a nivel político como económico azota todo plan de negocios transformándose en el principal “enemigo” con el que lidiar cotidianamente.

La mayoría de los gerentes italianos que han logrado “sobrevivir” a la experiencia argentina, afirman con indudable orgullo que Argentina es el “gimnasio empresarial” más exigente al mundo así como diversos profesores universitarios afirman que es el único lugar en el mundo donde se puede estudia de verdad “economía aplicada” ya que la gestión político-económico en “just-in-time”.

Es por ello que miro siempre con admiración a los empresarios argentinos que han sabido sortear catástrofes sociales, económicas, y cambios “copernicanos” de las reglas de juego en cuestiones de meses generando un ADN empresarial necesariamente caracterizado por una enorme flexibilidad e “inteligencia trasversal”.

Lamentablemente los que es un punto de fuerza para algunos puede ser considerado una debilidad para otros, por lo que para “los de afuera”, el hecho de que muchos empresarios hayan quebrado y resurgido más de una vez en su carrera no es absolutamente algo encomiable sino un supuesto síntoma de poca confiabilidad.

En tal sentido es importante recordar que para los italianos “la quiebra” es considerada una verdadera “deshonra personal y familiar” ya que, como comentaremos más adelante, es el fracaso de la persona y de su familia, en la visión “pseud-calvinista” que caracteriza los empresarios italianos, que consideran que una empresa bien gerenciada debe poder vivir sin problema, es por ello que me gusta decir que “¡50 años de empresa en Argentina valen 200 en Italia!”

Por último, hablando de “pendularidad” y de “eventos disruptivos” tenemos que recordar la crisis del 2001, los “tango bond” y las recientes “DJAIs” que han calado hondo en la visión del empresariado italiano al momento de hablar de Argentina.