Personas, igualmente diferentes.

Cuando de cuestionarse de trata, nunca dudé. Y junio es un mes particular, es un mes donde vi que muchísimas organizaciones han pintado sus logos con la bandera del orgullo LGTBIQ+ y en muchos casos han intentado atravesar la pantalla poniendo sobre la mesa aquellas acciones que han llevado a cabo hasta el día de hoy para llamarse organizaciones más diversas e inclusivas. Lo celebro, porque aun siendo 2022 hay organizaciones que están lejísimos de predicar acciones de concientización y visibilización sobre esta temática que nos afecta a todxs.

Como cada año, junio nos da la posibilidad de visibilizar la lucha del colectivo LGTBIQ+ desde la revuelta de Stonewall en Nueva York en 1969, nos invita a incomodar y cuestionar la existencia de esas diferencias que siguen represente, que viven entre nosotrxs.

Y así como junio nos da la posibilidad de visibilizar, junio me invito a replantear la relación con mis propios espacios de trabajo, sus dichos y sus acciones. Desde mi formación profesional desde hace un par de años elijo involucrarme y trabajar sobre acciones de género, diversidad e inclusión y así como lo trabajo debo ser sincera conmigo misma y enfrentarme a la realidad de que esto en algunas organizaciones aún sigue siendo un tema tabú, una burla y una forma de seguir mostrando de la forma más transparente lo poco empáticas que pueden ser las personas cuando quieren.

Por tradición siempre nos hicieron pensar que en una organización ideal las posiciones de más alta jerarquía debían ser aquellas que den el ejemplo, sobre todo a sus equipos ¿verdad? lamentablemente no siempre es así, y qué difícil es trabajar en un espacio de estas características, qué difícil es ser parte de un espacio de trabajo donde unos pocos por desinterés y total desconocimiento desvalorizan una lucha que no solo lleva años sino que le costo la vida a muchísimas personas, porque más allá del género, orientación sexual o identidad autopercibida, son personas y tienen los mismos derechos que cualquiera de nosotrxs.

Si llegaste hasta acá quizás sientas que los párrafos anteriores están cargados de mucha ironía pero en el fondo son producto de la bronca y la tristeza que solemos sentir aquellos que nos involucramos con esta lucha, aquellos que para dar un paso muchas veces tenemos que sustentarlo con estadísticas y muchas horas de lectura.

Dejemos de hablar de talento, performance, crecimiento organizacional, plan de carrera, de nada sirve si seguimos dando por sentado que las oportunidades son las mismas para todxs. Las diferencias existen y son muchas, sean cual sean reconocerlas es el primer paso. Apostar a construir espacios diversos e inclusivos dependen del compromiso de todxs, es nuestra chance de poner un freno, de no asentir frente al chiste en el grupito donde estamos todxs. Mientras tanto, desde mi lugar y a mi modo buscaré seguir incomodando a quienes me rodean y permítanme decirles que si logró proyectar en ustedes la definición de diccionario de la palabra “incomodar” parte de mi lucha está ganada, ya que quizás no logré hacerlos cambiar de opinión o no haga que se involucren con esta lucha pero al menos quizás esa misma incomodidad los mueva de lugar y los invite a abandonar la acción de divertirse con un discurso que no les pertenece.

Lic. Tamara Gallardo.