Pluripartidismo adolescente

Pluripartidismo adolescente

Joan Navarro, sociólogo y socio y vicepresidente de Asuntos Públicos de LLYC, publica esta Tribuna en la revista El Siglo:

Es completamente legítimo que los tres partidos de la derecha alcancen acuerdos. Pero ofende el contorsionismo verbal con que Ciudadanos pretende ocultarlo a sus electores

Materializados ya los pactos para la elección de alcaldes, llama la atención ese infantilismo desde el que se descalifica y se excluye al adversario del acuerdo, como si este sólo se pudiera alcanzar con el partidario.

La izquierda se equivoca al calificar a Vox como una fuerza ilegítima, aunque hace bien en impedir que alcance gobierno alguno desde el que imponer retrocesos en derechos y libertades.

Es completamente legítimo que los tres partidos de la derecha alcancen acuerdos. Pero ofende el contorsionismo verbal con que Ciudadanos pretende ocultarlo a sus electores. Ciudadanos no ha calibrado bien el apoyo recibido de antiguos votantes socialistas que le exigían moderar a la izquierda, en lugar de sostener a la derecha. Pero tampoco ha sabido leer el apoyo de los más recientes exvotantes del PP, asustados por la deriva bronca de la derecha post Rajoy. A la sombra del PP, convertidos en una de sus dos muletas útiles, sin apenas poder institucional e irrelevantes por autoexclusión tanto en la investidura del próximo presidente, como por minoritarios en la oposición, no parece que el futuro de Ciudadanos sea otro que el de la pérdida de respaldo electoral, quizás por los mismos motivos y con la misma rapidez con la que la mitad de sus antiguos electores ha abandonado a Podemos; exceso de presidencialismo y ausencia de partido que modere sus errores. 

Pero, con todo, lo más peligroso para sociedad española es que PP y Ciudadanos continúen alentando la crispación, a base de descalificar como ilegítimos los gobiernos de “populistas, independentistas y batasunos” como si estos no hubieran recibido el apoyo de millones de españoles.

El gobierno de Colau no es un gobierno populista en el sentido de que no merezca el apoyo de quienes se consideran constitucionalistas. Es una opción posiblemente desastrosa pero totalmente legítima, como avalan los votos que la hacen segunda fuerza municipal, empatada con ERC, cuyo gobierno también habría sido legitimo de haber logrado el voto de un solo concejal más, aun conscientes de que, para un independentista, hasta la mera eficacia local es siempre un paso hacia una república inexistente. Y hasta Bildu se merece más respeto. Legitimo es que cada partido elija con quien acordar y también con quien no. Pero no llevamos tantos años revindicando la política como único instrumento para superar la vergonzosa etapa de violencia, para negarla ahora.

Luchar para que no gobierne alguien con quien discrepamos no debería llevarnos a descalificarlo como ilegítimo, pues alienta que los otros puedan hacer lo mismo, y ése es un camino que los españoles ya transitamos.

Hubo un momento en que un recién elegido diputado de la Minoría Catalana, Miquel Roca, en nombre de otros seis partidos catalanes, pidió la palabra en una histórica sesión del Congreso de los Diputados tras la restauración, aún no plena, de la democracia y lo hizo para defender la legalización de un partido adversario, ERC, que debido a su denominación “republicana” había sido rechazado por el Ministerio del Interior. En esa misma sesión Santiago Carrillo había proclamado su famoso “para los comunistas la cuestión esencial hoy no es Monarquía o República; es democracia o dictadura”, pero menos se conoce que minutos antes había empezado su declaración “saludando el estilo civilizado y dialogante con el que se ha iniciado esta nueva etapa política… La voluntad de superar los residuos pasionales e ideológicos de la Guerra Civil y de consolidar la democracia naciente está presente en ese estilo”. Un estilo que no le vendría nada mal al nuevo pluripartidismo adolescente.

PACO GUTIERREZ

KUKA Robotics Consultant | B2B Sales | Bussines Develop.

5 años

Interesante reflexión. Trae a la memoria las palabras del poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruíz de Santayana quien dijo que “Quién olvida su historia esta condenado a repetirla”. No es el único pensador o estadista que señaló algo parecido. Simplemente más de lo mismo. Como el cometa Halley, estos rollos regresan cada ciertas décadas.

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