Pobreza en 23% de familias costarricenses y el fracaso de la socialdemocracia
Según los resultados de la Encuesta de Hogares (Enaho) 2022 que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) el pasado mes de julio, el porcentaje de hogares en pobreza es del 23%. No hay variación con relación al año anterior y es la segunda cifra más alta a nivel histórico en el país.
La pobreza es mayor en las zonas rurales donde pasó de 26,3% en el 2021 a 28,3% en el 2022. La pobreza en las zonas rurales muestra una tendencia creciente en los últimos tres años. Por su parte, en la zona urbana se pasó de un 21,8% en el 2021 a un 21,1% en el 2022. Estas cifras de pobreza son lamentables y muy tristes.
La principal causa de la pobreza es el desempleo. Con una tasa de desempleo del 11,8% será muy difícil reducir la pobreza. Una tasa de desempleo de esa magnitud es reflejo del fracaso de la política económica. En el pasado Costa Rica tuvo tasas de desempleo del 4%. Con las correctas políticas económicas no hay razón para no volver a esas tasas.
Con la caída del muro de Berlín en 1989, sino antes, y con la quiebra del imperio de la URSS, quedó claro que la libertad económica y la libre competencia son los únicos promotores del crecimiento económico, de la generación de empleo y de salarios crecientes.
El Índice de Libertad Económica que elabora Heritage Foundation confirma que a mayor libertad económica, mayor es la tasa de crecimiento y menor es la tasa de desempleo. No hay debate alguno sobre esto.
Si queremos reducir la pobreza, necesitamos reducir el desempleo. Para reducir el desempleo la única receta es incentivar la sana inversión. Cuando un empresario invierte, lo hace tanto en capital físico como en capital humano (empleo). Por inversión sana me refiero a una inversión libre de subsidios y privilegios en el mercado. Toda actividad productiva que requiera subsidio, por definición, es incompetente para innovar.
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La sana inversión es consecuencia exclusiva de la libertad económica y de mercados que operan en la más absoluta libre competencia. La Economía es clara al señalar que los impuestos, el gasto público creciente, la defensa de monopolios creados por ley, el aumento del endeudamiento público, la inflación superior al 2% anual, etc; no son caldo de cultivo para la inversión.
Hong Kong y Singapur tenían un nivel de pobreza y un ingreso per cápita muy similar al que tenía Costa Rica al finalizar la II Guerra Mundial. Hoy Hong Kong y Singapur son economías desarrolladas con un ingreso per cápita de primer mundo. La tasa de desempleo en Hong Kong es del 3,9% mientras que la de Singapur es 2,1%.
Hong Kong y Singapur apostaron a la libertad económica: cero aranceles, libre competencia, ausencia de monopolios creados por ley, bajos y pocos impuestos, reducido gasto público como porcentaje del Producto Interno Bruto, etc. En Hong Kong no hay impuesto al valor agregado ni impuesto de ventas. Tampoco hay banco central y la emisión de dinero la hacen bancos privados.
Tanto Hong Kong como Singapur se han ubicado en los primeros tres lugares tanto dentro del Índice de Libertad Económica como del reporte Doing Business. Por tanto, no es de extrañar que hoy en día el ingreso per cápita de Hong Kong y Singapur es semejante o superior al de Reino Unido mientras que el de Costa Rica no llega ni a la quinta parte del de Reino Unido.
Lamentablemente, el presidente Rodrigo Chaves, a pesar de ser economista, da señales claras de que no tiene la mínima idea de que es con libertad económica como se combate la pobreza y el desempleo. Solo con libertad económica saldremos del tercer mundo para ingresar al primer mundo.
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Tomado del blog del Instituto Libertad: https://wp.me/p6FYQA-1Dg