LA LUCHA CONTRA LA POBREZA Y EL ELITISMO POPULISTA

Las cifras de la INEI sobre incremento de los índices de pobreza han encendido las luces de alarma. La tendencia vista en los últimos años era hacia la baja y ahora después de 20 años aproximadamente, el fantasma de la pobreza crece, en parte, gracias al gobierno PPK y su pésima gestión. El Comercio dice que el problema será resuelto con más inversión, crecimiento y empleo flexible dejando atrás políticas populistas, Richard Web dice que junto al crecimiento y empleo debe distribuirse la renta nacional mejorando las políticas de salud, educación y empleo decente.

Todavía no conocemos un plan de este gobierno para enfrentar el problema, seguramente estará de acuerdo con lo que dice El Comercio por su afinidad con los grupos de poder a quien defiende. Entretanto el nuevo gobierno, practica el populismo de derecha y la política del bombero: “apagar fuegos” y visitar lugares del territorio nacional donde “las papas queman” ofreciendo obras y recursos. Esto la gente aplaude porque ven a la máxima autoridad del país arremangarse las mangas, gesto que lógicamente agrada a muchos especialmente a la gente del interior.

Cualquier política intencionada a enfrentar el problema, deberá estar sometida a un criterio de planificación de consenso, donde los recursos se distribuyan según criterios de desarrollo equitativo y proporcional a largo plazo entre sectores y territorios. Significa focalizar el problema en los pobres rurales y urbanos (ahora estos últimos son mayoría), que están compuestos por indigentes que no tienen para vivir, son lo que necesitan los Programas: Juntos, Pensión 65 y otros a ser implementados también a nivel urbano. Los otros, que sobreviven en la precariedad necesitan un trabajo decente respetuoso de las conquistas laborales.

Existe una amplia gama de combinaciones con relación a los índices de pobreza, los cuales adecuadamente dimensionadas requieren políticas diferenciadas. La OCDE nos dice que el porcentaje de pobres en el Perú puede aumentar al 40% (actualmente estamos cerca al 20% de la población total). Esto, si mantenemos la informalidad en el trabajo y las amenazas de afectar las políticas sociales con menos recursos. Como nos recuerda Anatole Kaletsky: “Lo opuesto al populismo nacionalista no es el elitismo globalista, es el realismo honesto”.