No podemos permitir que el miedo atenace nuestras decisiones

Hace unos días viví en primera persona una situación delicada cuando iba a coger un VTC. Entiendo perfectamente las circunstancias, la intensidad y pasión del momento. Aquello finalmente se solventó amistosamente con una interesante conversación, y no considero el hecho en sí relevante, pero sí la reflexión que genera al respecto.

Puedo entender los problemas, las reivindicaciones, las peticiones incluso de no asunción del todo por la parte y, por supuesto, las emociones. Obviamente jamás compartiré la aplicación de métodos irracionales en la conquista de cualquier objetivo.

Pero, como decía, entiendo las emociones y sentimientos, entre los que fundamentalmente subyace el miedo. Es, considero, el histórico miedo a la evolución. Miedo que irremediablemente se combate con conocimiento, formación, información y decisión (si soy consciente de la realidad puedo tomar mejores decisiones).

Mientras se lanzan exabruptos, se agrede y se chilla se está perdiendo tiempo y una oportunidad valiosa de pensar cómo adaptar el negocio a una realidad que ya ha cambiado. Una realidad inapelable, inevitable.

Hay que ser muy consciente de que no estamos en una época de cambios, lo que YA ha cambiado es la época. 

Esto va de consciencia de la realidad. Esto va de algo tan conocido, histórico y olvidado como la propia Teoría de la Evolución. Podría traducirse perfectamente a “esto va de flexibilidad y rapidez, no de tamaño y antigüedad”.

Me hago una pregunta. Si ahora estamos así, ¿qué ocurrirá cuando el coche autoconducido, el coche autónomo, sea una realidad masiva en nuestra calles? 

Planteo otra. ¿Y si construyo desde la amenaza una oportunidad?…

No me centro en un único sector, en un único caso. Es algo que en los últimos años observamos con frecuencia en muchos ámbitos. No es algo que afecte a determinados verticales, es algo que afecta a todos.

Pero conviene reflexionar sobre si, en ocasiones, la amenaza somos nosotros mismos. Es fundamental ser muy consciente de que la época ha cambiado, y para eso necesitamos constantemente conocimiento, información, formación y decisión. 

Es algo sabido, no descubro nada nuevo, todos lo conocemos, pero, insisto, desgraciadamente con facilidad lo olvidamos. 

No podemos permitirnos el lujo de que el miedo atenace nuestras decisiones, en ningún ámbito de nuestra vida.