Poesía hasta en el día a día…

Poesía hasta en el día a día…

Mi madre solía decirme que a todo había que echarle 40% de cerebro y 60% de corazón, quizás de ella heredé esa manía de “porcentualizar” todo.

Lo cierto es que no le hice mucho caso y me pasaba echándole corazón a las cosas y olvidando un poco la preciada cabeza que tenía. Pero todo llega… todo llega…

Lo que conectaba a mi cabeza con el corazón a partes iguales era mi afición a la poesía; tenía un concepto poético de la vida e incluso me perdí en ella antes que encontrarme con ella...GRAVE ERROR…

Y digo error porque perderse buscando el camino de la felicidad es muy fácil, tremendamente fácil y lo peor de todo es que cuando te ponen la etiqueta de “perdido” quitársela es muy complicado, la poesía se torna gris, demasiado trascendental y subjetiva.

Tus días comienzan siendo una lucha de alma de peso pesado contra tiempo y exigencias eternas que por tener peso, diría que peor que un yunque de varias toneladas.

Perderse buscando el camino de la felicidad es muy fácil, tremendamente fácil

Le pegas y le pegas a ese metal lleno de segundos, minutos, horas, días, semanas y meses y de repente te ves cada año con el alma más agotada y más dolorida.

Y te aseguro que no existe piedad en el tiempo y mucho menos piedad para quienes creen que saben perfectamente lo que necesitas, aunque eso solo lo sabes tú solo, nadie más...

Haciendo un apartado; muchos creen saber lo que necesitas: acaba la carrera, estudia esto, estudia lo otro, pero acaba la carrera, no vas a jubilarte... ¿Ven el peso del yunque? Contra eso peleamos día a día muchos y es demasiado fácil rendirse y hacer lo que dicen.

Pero como también me decía mi madre:- "Te gustan demasiado las cosas difíciles"

Continúo...

Te metes en una vorágine de valor, de ganas, de frenesí y acabas envuelto en impotencia…

Poesía..creía que todo era poesía de verdad…

Pero…¿saben una cosa? no se me acabaron las ganas, no se me acabó la confianza, aunque he de admitir que la de mi alrededor, después de salir victorioso, afirmó que la perdió, aunque yo ya eso lo sabía y con sinceridad, no la necesitaba, aunque pensara que si.

Bastó ponerme a hacer lo que me gustaba, a escribir, a aprender y a ponerle sobre todo GANAS.

Y justo cuando todo parecía torcido, apareció la mente y me reclamó su porcentaje.

Cada día me acuerdo de mi madre, eso por descontado, pero esa mañana, ese momento en el que decidí liberar la consciencia, empezó de verdad a fluir la poesía cada día, y era porque ella siempre lo decía, no todo corazón, dale hueco a esa inteligente cabecita.

Entonces cada vez que me despertaba, cada acto rimaba, cada acción que tomaba tenía musicalidad que para “los que saben” no pasa jamás desapercibida.

En otro momento hablaré de “los que saben”, le estoy cogiendo el gusto a hablar de mi sin ser en clave.

Lo único que puedo decir de ello ahora mismo es que GRACIAS porque cada día que paso con ellos, se aprenden cosas que te sirven para hacer cada vez mejores rimas con los segundos y las horas. Ya de los días y semanas me encargo yo recordándome por qué estoy yendo hacia dónde estoy yendo.

Y a día de hoy puedo decir que sigue existiendo poesía en el paso inexorable de mi tiempo y que aprendo de todas las personas de mi día a día.

Lo único que te puedo decir después de todo esto, es que solo eligiendo mi forma de vivir me comprendí a mi mismo, y aunque estuviese perdido, acabas reencontrándote porque la cabeza siempre acaba apareciendo en forma de supervivencia.

“Rimaba solo con el corazón y no con la cabeza” yo mismo me decía…

Y si, cada día es poesía, porque cuando voy a mi trabajo hago lo que me gusta, siento en el alma cada palabra que escribo y eso se nota…

Sigo percibiendo la vida con rimas, pero después de sentirlas en el corazón, noto como rebotan en mi cabeza y es una sensación única porque me comprendo.

Me centro en ser buena persona y tratar de ser honrado, “los que saben” siempre van a querer buenas persona a su lado y solo con ellos se crece y se sonríe con ganas.

Pero sobre todo, le he dado a mi vida ese porcentaje que decía mi madre 40% cabeza 60% corazón y es que hay que ser lo suficientemente inteligente para sentir con razón.

Estefanía Toro

Redactora SEO • Copywriter • Social Media • Escritora • Storytelling

5 años

Qué bonito tener esos valores y que buen legado dejó tu madre. Valiosa reflexión, sin duda. Feliz fin de semana Aaron.

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