Política Uno
Estamos siendo empujados a la arena política.
No tendremos espacio para el desarrollo personal sin asumir activamente, de un modo u otro, la dimensión política.
Baruch de Spinoza propone una arquitectura institucional óptima para articular la libertad individual con la existencia del Estado. Por ésta, el ciudadano retiene para sí mismo la mayor cuota de poder posible; las cesiones que realiza son limitadas tanto en alcance como en duración.
Al presente, estos mismos principios organizativos están plenamente vigentes y explican en gran medida el éxito social y económico de Suiza, por ejemplo.
A los debutantes –tal como es mi caso-, a modo de un primerísimo contacto, les comparto una selección de citas tomadas del “Tratado Teológico-Político” (1670) y del “Tratado Político” (1677).
Individuo
“Es un compuesto de elementos menores, dicho en general, pero de un modo más preciso es la unión de la mente y el cuerpo.”
Libertad
“… el hombre puede ser llamado libre solamente en la medida que tiene la potestad de existir y de obrar según las leyes de la naturaleza humana.”
“… está bajo la libertad humana el que cada uno, en cuanto de él depende, intente siempre conservar su ser, y (porque cada uno tiene tanto derecho como fuerza tiene en función de sus recursos para actuar) está bajo la libertad humana el que cualquier cosa que uno intenta y actúa, eso lo intenta y actúa por el derecho supremo de la naturaleza.”
“Verdaderamente, aquel que es llevado por sus deseos y no puede ver ni hacer nada de lo que le es útil es propiamente siervo, y sólo es libre el que con ánimo íntegro vive según las reglas de la razón.”
Derecho natural
“Todo cuanto un hombre, considerado bajo el solo imperio de la naturaleza, estima que le es útil, ya lo guíe la sana razón, ya el ímpetu de una pasión (emocionalidad sin control), tiene el máximo derecho de desearlo y le es lícito apoderarse de ello en cualquier forma: ya sea por la fuerza, el engaño, las súplicas o el medio que le resulte más fácil; y puede, por tanto, tener como enemigo a quien intente impedirle que satisfaga su deseo.”
“En la naturaleza no se da nada que por derecho pueda decirse que es de éste y no de otro; sino que todas las cosas son de todos, esto es, de todos los que tienen la potestad de atribuírselos para sí.”
(Nota: este principio aplica al resto de los seres vivos)
Los beneficios de un Estado bien organizado
“El Estado es un individuo compuesto (por personas) de orden superior”.
“Puesto que los hombres son guiados más por la emoción que por la razón, se sigue que una multitud no quiere ser guiada por el dictado de la razón, sino que quiere estar de acuerdo naturalmente en alguna emoción común (esto es, una esperanza común, o miedo, o el deseo de vengar algún daño común) y ser guiada como por una sola mente. Pero, puesto que el miedo a la soledad existe en todos los hombres, porque nadie en soledad tiene fuerzas para defenderse ni puede procurarse las cosas que son necesarias para la vida, se sigue que por naturaleza los hombres apetecen la condición civil (ser miembro de algún Estado)…”
“El hombre que es guiado por la razón, es más libre en el Estado donde vive según el decreto común, que en la soledad donde sólo se obedece a sí mismo.”
“… este camino de obediencia racional a la ley proporciona auténtica y efectiva libertad, pues el sabio necesita compartir su emociones e ideas con los demás y el hombre común quiere satisfacer otras necesidades, pero también quiere ser tratado como ciudadano y no como súbdito.”
Fundamentos del Estado y libertad de expresión
“… para la formación del Estado es necesaria una condición, a saber: que la potestad de disponer sobre todas las cosas pertenezca a todos […] Pero como el libre juicio de los hombres es muy variado y cada uno piensa saber todas las cosas él solo, no puede conseguirse que todos piensen de la misma manera o hablen por una sola boca; no podrían vivir pacíficamente si cada uno no cediese su derecho a obrar, según la dirección de su pensamiento.”
“En el gobierno democrático (el que más se aproxima al estado natural) todos se obligan con su pacto a obrar según la voluntad común, pero no a juzgar y a pensar de ese modo; esto es porque los hombres no pueden pensar todos del mismo modo y pactan que tenga fuerza de ley aquella que reúna más sufragios, conservando, sin embargo, autoridad bastante para derogarlas si encontrasen otras disposiciones mejores. Por lo tanto, cuanto menos se concede a los hombres la libertad de pensar, más se le aparta de su natural estado, y por consecuencia, más violentamente se gobierna.”
“Es vicio común a todos los hombres confiar a sus semejantes aquellas opiniones que deben tener reservadas. Será, pues, un gobierno violentísimo aquel en que se niegue a cada uno la libertad de decir y de enseñar lo que piensa, y será, por el contrario, un gobierno templado aquel en que se conceda esta libertad a cada uno”.
“Confieso igualmente que de tal libertad de filosofar podrán nacer algunos inconvenientes. Pero ¿qué cosa ha habido nunca tan sabiamente instituida que no pudieran nacer de ella algunas desventajas? El que pretende determinar todas las cosas con leyes, más bien irrita los vicios que los corrige. Aquello que no puede prohibirse debe concederse aunque por este motivo pueda seguirse algún perjuicio.”
“¿Cuántas cosas malas surgen del lujo, de la envidia, de la avaricia, de la embriaguez y de otros vicios semejantes? Sin embargo se los consiente, porque no pueden prohibirse con el auxilio de las leyes aun siendo vicios verdaderos. Mucho más debe concederse, por lo tanto, la libertad de pensar, que es realmente una virtud y que no podría suprimirse.”
“De los fundamentos del Estado […] se deduce evidentemente que su fin último no es dominar a los hombres ni callarlos por el miedo o sujetarlos al derecho de otro, sino por el contrario, libertar del miedo a cada uno para que, en tanto sea posible, viva con seguridad, esto es, para que conserve el derecho natural que tiene a la existencia, sin daño propio ni ajeno.”
“Repito que no es el fin del Estado convertir a los hombres de seres racionales en bestias o en autómatas, sino por el contrario, que su mente y su cuerpo se desenvuelvan en todas sus funciones y hagan libre uso de la razón sin rivalizar por el odio, la cólera o el engaño, ni se hagan la guerra con ánimo injusto. El fin del Estado es, pues, verdaderamente la libertad.”
Estado
“Cuando los hombres tienen derechos comunes, y todos son guiados como por una sola mente, este derecho, que se define por la potencia (capacidad de hacer) de la multitud, suele ser llamado Estado.”
“La condición de cualquier Estado es llamada civil (se trata de una creación humana que surge a partir de un pacto, por oposición a la condición natural); el cuerpo íntegro de un Estado es llamado ciudadanía, y los asuntos comunes de un Estado que dependen de quien detenta el mando son llamados cosa pública. Luego, a los hombres en la medida en que gozan de todas las ventajas de la ciudadanía por derecho civil los llamamos ciudadanos, y a esos mismos hombres en cuanto obedecen las leyes de la ciudadanía, súbditos. Finalmente, se dan tres tipos de condición civil, a saber, la democrática, la aristocrática y la monárquica.” (Nota: Spinoza va más allá del formalismo aritmético –poder de uno solo, de varios, de todos- al considerar las diferentes modalidades de interacción, la forma en la cual se articulan los resortes de la política entre la multitud y el poder en cada una de las tres variantes mencionadas)
“… los asuntos públicos deben ser ordenados de modo tal que los que administran el Estado, tanto que sean guiados por la razón o por las emociones, no puedan ser inducidos a comportarse de modo desleal o a actuar mal. Y no importa para la seguridad de un Estado con que ánimo los hombres son inducidos a administrar correctamente los asuntos, a condición de que los asuntos sean administrados correctamente: pues la libertad o la fuerza de espíritu es una virtud privada; pero la virtud de un Estado es la seguridad.”
Democracia
“Asamblea de todos los hombres que tienen colegiadamente soberano derecho en todas las cosas que pueden.”
“… he preferido tratar de esta forma de gobierno (la democracia) porque me parecía la más natural y la más aproximada a la libertad que la naturaleza concede a todos los hombres. Pues, en democracia, nadie transfiere a otro su derecho natural hasta el punto de que no se le consulte nada en lo sucesivo, sino que lo entrega a la mayor parte de toda la sociedad de la que él es una parte; en este sentido, siguen siendo todos iguales, como antes, en el estado natural.”
Principio de utilidad del Estado
“… un pacto no puede tener fuerza alguna sino por la razón de su utilidad, quitada la cual, el pacto mismo desaparece y se convierte en írrito; por esto es necio pretender sujetar la fe de otra persona constantemente sobre una misma cosa, a no ser haciendo comprender a ésta que de la rotura del pacto han de seguirse más daños que ventajas para el que lo rompa.”
Muchas gracias por leer.