Ponte en manos de un corredor inmobiliario
Si vas a realizar una compra venta de un inmueble es un error y una pérdida de tiempo que vayas directamente al particular. Es mejor ponerse en manos de profesionales. En principio tené en cuenta que el pago de los honorarios es un hecho puntual, por única vez, y que realmente es una inversión justificada por los servicios que recibirás en contrapartida.
Un buen profesional es objetivo, te mantiene informado si hay novedades y te orientará a la hora de realizar la oferta. Si esta es muy agresiva, te lo advertirá, y te dará señales de hasta qué punto podes negociar.
Por lo general, los particulares tienden a ser mucho más informales e impuntuales en muchos casos. Si el particular vive en la casa puede ser incomodo visitarla porque se puede sentir invadido. Pero cuando vas a comprar queres verlo todo, y la situación es más distendida si quien organiza la visita y muestra es un tercero, en este caso el agente inmobiliario.
El papel del profesional inmobiliario es fundamental, puesto que el mismo, al ser un tercero, deja a un lado las emociones para negociar. Cuando compramos, ya sea una casa, un coche, la ropa, lo hacemos por impulsos y emociones y es mejor dejarlos a un lado. Si solamente comprásemos por necesidad, no se venderían coches de alta gama. Nos bastaría con utilitarios sencillos para desplazarnos de un lugar a otro.
Cuando nos encaprichamos con una casa dejamos de ser objetivos.
Generalmente, el vendedor a la hora de fijar el precio de venta suele establecer un importe superior al que en realidad espera recibir porque, en un mercado como el actual, es consciente de que el comprador solicitará una rebaja
También fija un precio a los recuerdos que esa vivienda le genera (Valor afectivo).
De ahí que el intermediario sea más objetivo a la hora de buscar tanto un precio de venta como de compra razonable. Los agentes inmobiliarios estamos en contacto directo con el mercado y sabemos cómo se están moviendo los precios, por lo que el importe de los inmuebles que anunciamos no suele estar tan alejado de la realidad Un buen corredor inmobiliario busca que la negociación sea lo más justa posible para ambas partes.
Para poder iniciar una negociación tiene que haber dinero de por medio, es lo que da un marco de seriedad a la negociación. Para que tanto el agente como el vendedor vean que existe un interés real en la vivienda, es de buena práctica que el comprador haga un depósito de dinero que avale la oferta de compra por el inmueble. Y este depósito debe figurar en un contrato que contemple que es una reserva reembolsable, que mientras este vigente el inmueble no estará disponible a la venta, y que si no se llega a ningún acuerdo con el vendedor, la cantidad será devuelta al comprador y la propiedad volverá al mercado. Cuando hay un intermediario de por medio, en este caso el agente inmobiliario, este suele actuar como depositario de la cantidad para que después no haya ningún problema en caso de devolución.
Es muy posible que, como comprador, una vez aceptada la oferta tengas la sensación de que podrías haberle apretado más las tuercas al vendedor. Y viceversa. Este, a su vez, se quedará con la sensación de que no debería haber aceptado dicha oferta. Como comprador, si es la casa de tus sueños, en la que querés vivir, no vale la pena obsesionarse. ¡Ya tenés la casa, ahora disfrutala!
Por Alejandro Feliciotti