¡Por fin! Lograste esa posición en esa prestigiosa empresa…pero sientes que… ¿no encajas?
No comprendes del todo, el por qué no terminas de adaptarte, teniendo la experiencia en el área, un sueldo bastante atractivo, y hasta con prestaciones superiores a los de la ley…pero algo no termina de convencerte en la empresa.
¿Hay un tipo de empresa ideal para tu perfil? ¿Cuál es?
Es normal que al entrar a un nuevo puesto o empresa experimentes diversas emociones, desde entusiasmo (nuevos retos, ambiente, etc.) hasta el miedo o la incertidumbre (¿podré con las actividades?, ¿qué tal si no lo logro?).
¿Cómo saber el tipo de empresa al que te adaptarás mejor?
HQR te comparte algunas preguntas que debes responderte para identificar qué tipo de empresa puede ser la mejor para tu perfil:
¿En qué tipo de ambientes me siento más a gusto para trabajar? ¿Cómo es mi estilo de trabajo?
Es decir, cómo te gusta trabajar, si prefieres trabajar en ambientes muy competitivos, donde exista el orden y control, donde se fomente la creatividad o se incentive el trabajo en equipo.
¿Cuáles son mis valores?
Conocer los principios en los que se rige tu comportamiento, también te ayudará a conocer tus alcances y límites en el trabajo. Que sí permites o decides en tu vida, que rechazas definitivamente, es decir, lo que sea congruente con tu pensamiento y tu actuar.
¿Qué valores organizacionales considero importantes?
Si para mí es importante la innovación, lo ideal es buscar una empresa que fomente la creatividad entre sus colaboradores, como aquellas que incentivan proyectos de nuevos productos o servicios con equipos multidisciplinarios o que tienen espacios recreativos para intercambiar ideas.
¿Cuál es mi lugar de trabajo ideal?
Aquí es fundamental identificar aspectos que sean importantes para ti. Por ejemplo: que se respete tu horario de trabajo; que viajes mucho; que recibas capacitación continuamente.
¿Por qué quieres trabajar en esa empresa?
Puede ser que algunos se interesen en el sueldo, otros en el prestigio de la empresa, la posición, las nuevas funciones, o tal vez la cercanía del trabajo y el hogar es el factor más importante. Por lo tanto, te recomendamos priorizar y tener claro los motivos ya que pueden ser a costa de otros beneficios (por ejemplo: tener un excelente sueldo pero estar lejos de casa).
¿Cómo describirías la forma de trabajo con base en lo que has visto, leído o escuchado de esa empresa?
A veces es difícil conocer esta información, pero ayuda si tienes conocidos dentro de la organización, buscar en internet noticias acerca de la empresa o comentarios de excolaboradores, revisar su página web o redes sociales también permite darte una idea general.
¿Qué expectativas tengo de la posición? ¿Qué expectativas tengo de la empresa? ¿Cómo te imaginas tu vida en la empresa?
Te recomendamos que todas las dudas que tengas con respecto a la nueva empresa o posición puedas aclararlas con el reclutador o el que será tu jefe directo, para evitar futuras frustraciones o desilusiones, es decir, cuando la realidad es rebasada (de forma negativa) por las expectativas. Por ejemplo: Si se había acordado determinado sueldo, y en la firma de contrato se establece un sueldo menor de lo que se había ofrecido en un principio.
¿Has tenido algún acercamiento al sector X? ¿Cuál fue? ¿Hace cuánto? ¿Y qué piensas o cómo te sentiste al respecto?
También debes considerar el sector (primario, secundario o terciario), ya que cada uno tiene características particulares, por ejemplo, en el sector de servicios de consultoría (terciario) es más probable que se fomente una cultura de mercado, enfocada a los resultados y eso incremente la competitividad interna y por lo tanto una alta rotación.
¿Qué es lo que más te gustaba y te molestaba de tu trabajo (actual o pasado), y ¿por qué decidiste renunciar o salir de ahí?
Aquí debes de identificar puntualmente que estás dispuesto a tolerar y que de plano no es negociable.
Recuerda que en la medida en que te conozcas, encontrarás más fácil los caminos para conseguir lo que quieres.