¿Por qué los países árabes no quieren una guerra regional contra Israel?
NB: Una versión distinta de este artículo fue publicada, anteriormente, en El Economista.
Cuando el grupo terrorista Hamas atacó parte del sur del Estado de Israel, el 7 de octubre de 2023, quedó pendiente de respuesta la pregunta sobre si esa organización habría procedido por iniciativa propia.
La alternativa a lo anterior sería que, por el contrario, lo hubiera hecho por encargo de algún actor estatal regional, más específicamente, Irán.
Los argumentos en favor de esta segunda opción son obvios, aunque, por el momento, meramente circunstanciales.
Teherán ha desplegado, durante décadas, una relación de patronazgo, mediante el uso de su portafolio de recursos de “zona gris”, al financiar, al armar y al entrenar a grupos terroristas dentro de la llamada media luna chií del Oriente Medio.
Así, la influencia iraní, a través de esos métodos irregulares, se ha dejado sentir en Bahréin, en Irak, en el Líbano, en los territorios palestinos, como es con el caso de Hamas, en Siria o en Yemen.
No obstante, en el caso del asalto de Hamas, de octubre de 2023, todavía no ha aparecido la pistola humeante que pruebe, de forma concluyente, que los líderes de este grupo terrorista actuaron al dictado del Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos (IRGC, por sus siglas en inglés) iraní.
Han pasado ya casi dos meses desde aquella agresión y el peor escenario que ésta anticipaba, es decir, el estallido de una guerra regional en el Próximo Oriente, que pudiera derivar en una de carácter global, todavía no se ha cumplido.
Varias son las razones de que esto esté siendo así.
La mayoría de los países árabes en la región llegaron a la conclusión, hace tiempo, de que su propia seguridad nacional es, sobre todo, dependiente de la seguridad del Estado de Israel y no, tanto, de la resolución definitiva del conflicto palestino-israelí.
Durante los últimos diez años, Israel ha probado a muchas de las naciones árabes del Próximo Oriente que se ha comportado con ellas como un buen vecino y un amigo leal.
Asimismo, la mayoría de los países árabes quieren seguir manteniendo la inercia positiva de las relaciones políticas y económicas con Israel.
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Para ello, a la vez, estas naciones desean asegurarse de que el problema palestino no regrese, de manera recurrente, de tiempo en tiempo, a socavar el proceso de creación de una región pacífica y en desarrollo, que, también, incluya al Estado de Israel.
Este es el motivo por el cual la mayoría de los países árabes están mirando para otro lado, en dirección opuesta al conflicto actual entre Israel y Hamas en Gaza.
En realidad, todos ellos están esperando, con discreción, a pesar de las declaraciones públicas de rigor en apoyo de los palestinos, a que Israel termine su trabajo, es decir, acabe con Hamas.
De hecho, naciones como Arabia Saudí, como Egipto o como Emiratos Árabes Unidos (EAU) están aguardando a ese momento, mientras pergeñan la creación de una coalición regional de naciones, incluyendo al propio Estado de Israel, para que impulse la paz en la zona.
Todo ello a pesar de que sean conscientes de que el asunto palestino-israelí no vaya a ser resuelto ni en el corto, ni en el medio plazo.
Estos países árabes ven a Hamas, también, como una amenaza para ellos y para su seguridad.
Ninguno de ellos quiere violentar los acuerdos de paz forjados entre Israel y Egipto, en 1979, entre Israel y Jordania, en 1994, y los propiciados por los Acuerdos Abraham, en 2020 y en 2021, entre Israel y Bahréin, EAU, Marruecos y Somalia, respectivamente.
Pareciera, por el momento, que Estados Unidos (EE. UU.) fuera la única potencia interesada en provocar un conflicto regional en el Próximo Oriente.
Al gobierno de la banda de los cuatro -Biden, Blinken, Sullivan y Nuland- le ha venido muy bien esta crisis para camuflar su plan desesperado de abandonar el proyecto Ucrania a su suerte, en lo que que ha sido el gran fracaso estratégico de la política exterior de la presidencia Biden.
Quedaría por resolver la gran incógnita de por qué el gobierno de Israel no supo anticipar la amenaza que Hamas estaba preparando contra su país y contra su población.
President , World Stability Observatory
1 año¡Excelente , juicioso y certero artículo, Jorge! Enhorabuena.