¿POR QUÉ MOTIVO NO DESCONECTAS DE TU TRABAJO?

¿POR QUÉ MOTIVO NO DESCONECTAS DE TU TRABAJO?

Aunque ya tenemos leyes que nos obligan a desconectar del trabajo y a que no nos molesten con temas de trabajo en nuestros períodos de descanso, esto no siempre ocurre.

Estamos en los últimos días de navidades, donde hemos podido descansar, desconectar y dedicarnos a nuestros amigos, familia y hobbies. Pero… ¿hemos desconectado totalmente de nuestros trabajos? Habrá quien responda afirmativamente, pero nos sorprendería saber cuántos han mirado el correo del trabajo, contestado alguna llamada o incluso WhatsApp de trabajo.

Es verdad que no siempre es fácil. A la gente le cuesta desconectar de su trabajo en los períodos y tiempos que tienen disponibles para descansar y desconectar.

En algunos países de Europa y de otros continentes, no permiten a sus empleados hacer más horas de las que marca su horario; obligan a las personas a descansar y conciliar sus vidas. De hecho, son sancionados por hacer más horas de trabajo. El objetivo es que la gente haga su trabajo en el tiempo establecido.

Por desgracia, esto no es frecuente en España, en donde es habitual que los trabajadores tengan que hacer más horas de las establecidas. Es frecuente oír el comentario “A fulanito se le cae el bolígrafo a las 5pm” que es su hora de salida. Y suele ir seguido de una reprimenda. Desgraciadamente, se sigue exigiendo “tiempo” frente a resultados. No por estar más horas en la oficina o en el puesto de trabajo, supone sacar más trabajo o ser productivo. Hay quienes tienen como objetivo diario “ir al trabajo” y no a trabajar; parece lo mismo, pero no lo es.

La organización en la empresa es fundamental para ser efectivos. Tendremos que hacer un autoanálisis para identificar nuestra organización como eficaz o no. Todavía nos encontramos con tareas “unipersonales”, es decir, solo una persona las hace y no hay nadie más que las haga (y peor aún, que las sepa hacer). Esto supone que cuando esa persona se va de vacaciones 2 o 3 semanas seguidas o si por un imprevisto tiene que estar de baja, esa tarea o actividad, se quedará sin hacer durante ese tiempo. Es más, si alguien llama para averiguar qué ocurre que no se da respuesta a esa tarea, se le dice que la persona que se encarga no está y que tendrá que esperar a su vuelta. Otra opción es molestar a esa persona durante sus vacaciones o baja laboral para que haga esas tareas, porque “total, no le cuesta nada hacerlo”. Está de vacaciones. Debe ser la empresa la que tenga previstas y cubiertas estas cuestiones. Por lo tanto, es adecuado que todas las tareas de la empresa las sepan acometer varias personas de esa empresa y coordinarse para que siempre haya quien se encargue de hacerlas. Nuestros clientes internos y externos no tienen que pagar las consecuencias de la mala organización corporativa.

Mucha gente desconecta con facilidad de un día para otro; reconozco que no es mi caso y todavía necesito mejorar mi capacidad para hacerlo. El día a día, quizás sea más fácil. Tras cerrar mi jornada, me olvido de esos temas hasta el día siguiente. Pero es cierto que, en los periodos vacacionales, me cuesta más esa desconexión mental al menos los primeros días. Me invaden los pensamientos laborales y, aunque los intercepto y paralizo rápidamente, a veces se quedan ahí más de lo que quisiera.

Pero no nos limitemos en la desconexión mental. También intento hacer la digital durante los periodos de descanso veraniego; dependemos mucho de los dispositivos móviles y las plataformas digitales sociales, que nos exigen interacción constante. Y la verdad es que un 95% de las notificaciones que nos llegan son irrelevantes y, muchas, las podemos catalogar de spam. Dedico bastante tiempo en mis períodos de desconexión a leer, afición que práctico todo el año, aunque no siempre le puedo dedicar todo el tiempo que me gustaría.

Imagínate que en vacaciones te suena tu teléfono de empresa. Te preguntan que qué tal van tus vacaciones y que cómo te lo estás pasando, aunque tú ya intuyes que esa llamada tiene trampa. De repente te indican que sienten molestarte pero que ha surgido un imprevisto y qué si puedes ayudarles. Igual estás en una zona de mala conexión, no te has llevado portátil y además no tienes acceso a tus archivos de trabajo. ¿Qué harías ante ese caso? Muchas veces esa urgencia no es tal. Para algunos todo es urgente e importante, aunque sea una tarea de lo más simple, así que tenemos que educar a las personas de nuestra organización.

Si estás de vacaciones, tu teléfono de empresa no debería ir contigo. Además, deberías evitar dar tu teléfono móvil personal. Si tú teléfono lo tiene toda la empresa, el riesgo de que te llamen o escriban es alto. Otra opción es ignorar esos mensajes o llamadas. Imagínate que fueses tú la persona que les llamara a ellos en sus vacaciones, ¿Cómo reaccionarían? Es la misma situación, aunque ahora el perjudicado es él/ella y el foco de mirarlo o analizarlo suele ser muy diferente.

A veces, no es tan claro como un blanco o un negro. Lo que tengo claro es que tenemos que ser flexibles, aunque la desconexión es necesaria y sana, se trata de dedicar a cada cosa su momento, esto conlleva educar a la gente. En ocasiones toca decir que ese tema no es adecuado para el contexto en el que se está. En otras, algunas personas del entorno laboral, aunque se esté en un evento o sarao no laboral, no saben hablar más que de trabajo; tenemos que saber respetar el tiempo de los demás. Las cenas de navidad y demás saraos que nos llevan a todos a estar con nuestros compañeros de una forma más social, no tiene por qué hablarse de trabajo. Es un evento SOCIAL. Conozcámonos más, hablemos de otros temas… que el trabajo estará ahí el “lunes siguiente”. Desconectemos también en estos “festejos”.

Vayamos al final de la jornada… ¿Qué ocurre si una tarea se queda sin hacer? En la mayoría de los casos, puede esperar al día siguiente, a no ser que nuestra autoexigencia nos llame al orden. Es habitual que nos pongamos más tareas, actividades o carga de acciones de las que podemos acometer a la vez.

En ocasiones tenemos que dedicarnos simplemente a ser o estar, es decir, no hacer nada, simplemente dedicarnos a la vida contemplativa o de relax. Vivimos en la época de la hiperactividad constante; siempre tenemos que estar haciendo algo. El estar siempre ocupado, hace que actuemos gran parte de nuestro tiempo en piloto automático y no dediquemos casi tiempo a pensar, reflexionar y sacar nuestras propias conclusiones. Tenemos que dedicar tiempo a los demás, aunque sin olvidarnos de nosotros mismos, que somos lo más importante de nuestra vida. Lo que no podemos hacer es desconectar de nosotros mismos.

Los períodos de desconexión en los que te olvidas de las claves de acceso a tus proyectos de trabajo son muy saludables; esto no significa que no disfrutes con tu trabajo.

La perspectiva es diferente según el trabajo y la posición. Si trabajas para ti mismo, determinadas cosas no pueden esperar y es probable que esos tiempos de desconexión sean más cortos. Al final, cuando trabajas para ti mismo, es más difícil, pero no por ello es importante educar a tus clientes a respetar esa desconexión, siempre y cuando les hayas dejado cubiertos de las tareas habituales para ese espacio de tiempo.

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