¿Por qué vivir voluntariados es tan importante para la vida?
Llevar a cabo un voluntariado es una de las oportunidades más gratificantes que se pueden aprovechar. Darse el tiempo para conocer realidades distintas presencialmente permite otorgar más valor a todo aquello con lo que uno cuenta en el día a día. Estas actividades desarrollan una vocación de servicio y preocupación por el prójimo necesarias tanto para la vida personal como laboral.
Trabajar voluntariamente en misiones ayuda a fortalecer el sentido de la empatía, la motivación personal y la capacidad de compromiso, pues el trabajo asumido por el voluntario es desarrollado bajo una serie de reglamentos y condiciones a seguir para que todas las actividades puedan darse en armonía. De esta manera se puede brindar ayuda a la causa propuesta, con éxito.
Si bien es cierto, cada voluntario tiene una motivación distinta y persigue fines diversos, es conveniente reflexionar acerca de aquello necesario en el voluntario en materia de aptitudes. Un voluntario ha de contar con una motivación desinteresada por brindar ayuda, buscando obrar por el bien de los demás. De igual forma, el voluntariado no es solo una forma de ayudar, sino también de encontrarse a uno mismo y forjar nuevas relaciones. Los beneficios de estas actividades son tanto intrínsecos como extrínsecos.
El pasado 5 de diciembre celebramos el Día Internacional de los Voluntarios y, a nivel personal, agradezco todas las oportunidades de crecimiento personal que he alcanzado a través de mis actividades de voluntariado. En definitiva es una actividad que me ha formado como un ser humano más consciente de la realidad y la contribución social que cada uno de nosotros puede generar. El trabajo colaborativo y la asistencia a grupos sociales menos favorecidos nos muestra la capacidad que tenemos para renovar a la sociedad en conjunto.